La secuencia histórica casi completa del proceso de formación de la capital. Una excavación en pleno centro histórico malagueño sacó a la luz hace dos años muchos ejemplos sobre el origen de Málaga. ¿Quiénes somos y dónde se sitúa nuestra procedencia? son preguntas que encuentran respuestas con las últimas investigaciones en un gran solar de la calle Císter, propiedad de la empresa Multialtea.

El proyecto de unos aparcamientos en este terreno permitió que los arqueólogos del Taller de Investigaciones Arqueológicas descubriesen la muralla fenicia (tercer cuarto del siglo VI a. C.) que ya se había localizado en los bajos del Museo Picasso. Pero también los hallazgos en el subsuelo de Císter han puesto sobre la mesa que el Cerro del Villar y Malaka eran, probablemente, coetáneas. Una línea continua de ocupación en torno al siglo VII antes de Cristo. Por debajo de los niveles de la muralla fenicia, las directoras del trabajo, Ana Arancibia y María del Mar Escalante, han sacado a la luz restos de un santuario fenicio, que está compuesto por dos altares con forma de piel de toro y que encuentra similitudes con los de tesoro del Carambolo y de Coria del Río. "El recinto, de planta cuadrada, con dos niveles y el pavimento rojizo, tuvo un uso sacro, posiblemente como lugar en el que se realizaban intercambios comerciales en torno a la metalurgia", explica Arancibia.

Yacimiento. Indudablemente, este libro inacabado sobre la historia de Málaga se va a poner en valor. La firma Multialtea, propietaria del solar en el que va a edificar apartamentos de lujo, ha donado el subsuelo del terreno y unos 200 metros en planta baja al Ayuntamiento para que éste levante un centro de interpretación y recupere los vestigios, el primero que abordará en profundidad el origen de la historia de nuestra ciudad. El Consistorio ha aprobado inicialmente un estudio de detalle para la edificación de los pisos y la habilitación de los accesos para visitar los restos y el espacio expositivo.

Además, la constructora ha diseñado un proyecto que compatibiliza los trabajos arquitectónicos con los arqueológicos, sin incidir en los restos. Para ello, construirán un aparcamiento con un sistema robotizado para aprovechar el espacio al máximo.