Polémica

La división del movimiento feminista merma la posibilidad de acuerdo respecto a la Ley Trans

Los activistas trans creen que este proyecto se convertirá en realidad tarde o temprano

Benjamín Cristian, activista trans malagueño.

Benjamín Cristian, activista trans malagueño. / FOTO CEDIDA POR BENJAMÍN

Isabel Perea Sánchez

El debate tan amplio y tan caldeado que vive este proyecto de ley desde la publicación de su borrador es evidente. Lo que no está tan claro es si acabará siendo ley o no porque la división del movimiento feminista está mermando la posibilidad de llegar algún acuerdo.

La activista Mar Cambrollé es optimista y afirma que la Ley para la Igualdad Real y Efectiva de las Personas Trans será una realidad. Manifiesta que «si no hay igualdad, no hay democracia. España ha tenido logros que le han hecho consolidarse una democracia, como el divorcio, el aborto y como es el matrimonio homosexual. La asignatura pendiente es blindar la protección de las personas trans y garantizar que puedan acceder con igualdad de condiciones a todos los servicios básicos. Es una deuda histórica».

El malagueño Benjamín Cristian, activista transexual y graduado en Comunicación Audiovisual, sigue la línea de la creencia de Mar, pero con menos firmeza y seguridad que la activista. «Espero que la ley se apruebe, y quiero creer que será así. Si hará acuerdo, no lo sé. Me parece importante que recordemos que los derechos humanos, (y los derechos trans lo son) no son un debate, no es algo que toque preguntar si a la gente le parece bien o mal. Esto tiene que seguir adelante. Son nuestras vidas, no una charla entre amigos sobre dónde ir a comer».

Los dos activistas piensan que se están olvidando de algo tan fácil como es que se necesita consenso para proteger al colectivo trans. La activista añade que «en un periodo de solo tres meses ha habido siete palizas a adolescentes trans. Accedes a las redes sociales y ves como la mofa, la vejación y la humillación a personas trans es algo cotidiano e impune. Esto hay que frenarlo porque esto es un discurso de odio y es la antesala del delito de odio. No se puede permitir decir que las mujeres trans no somos mujeres, sino hombres pintados. Y tampoco se puede permitir decir que los hombres trans son mujeres barbudas y tetudas. Hay que frenarlo porque todos estos comentarios son la antesala al delito de odio y ya estamos volviendo a ver personas trans y familias con miedo a salir a la calle por la escalada de agresiones. Esto hay que pararlo, el colectivo trans no puede vivir así, es una vergüenza que esto ocurre en un país como es España».

El activista malagueño agrega que «ojalá haya consenso y todo salga adelante, por supuesto, pero pienso que se están olvidando de que detrás de ese odio, de esos comentarios, de todo lo que dicen, lo que hay es personas. Personas que están leyendo constantemente cómo un montón de personas se creen con la potestad de decir si merecemos o no ciertos derechos, si somos válidas o no. Yo confío en que habrá ley».