Picaresca

Dueños de segundas residencias intentan venir a Málaga fingiendo averías o juntas vecinales

«Quieren que les acreditemos el viaje y cuando nos negamos, algunos se molestan mucho», comenta el presidente del Colegio de Administradores de Fincas de Málaga, Manuel Jiménez Caro

Una playa de Málaga. | E. P.

Una playa de Málaga. | E. P. / josé vicente rodríguez. málaga

José Vicente Rodríguez

José Vicente Rodríguez

Algunas personas de otras zonas de España que tienen una segunda residencia en la provincia de Málaga están tratando de recurrir a la picaresca sin éxito para poder venir estos días a disfrutar de la playa en Semana Santa. El presidente del Colegio de Administradores de Fincas de Málaga, Manuel Jiménez Caro, informó ayer a este periódico de que diversos colegiados están recibiendo mensajes y correos electrónicos de algunos propietarios de viviendas dentro de las comunidades que llevan en las que les piden escritos de petición de asistencia a juntas vecinales inexistentes o certificaciones de averías ficticias en sus casas para así acreditar el desplazamiento y evitarse la multa de las fuerzas de seguridad del Estado en caso de ser pillados saltándose el cierre perimetral de la provincia y de la comunidad.

Jiménez Caro señala que, desde la semana pasada, el colectivo de administradores de fincas ha recibido «decenas de peticiones falsas» de este tipo, que se han encontrado, lógicamente, una respuesta negativa por parte de estos profesionales. «Normalmente, el remitente nos solicita que le acreditemos para asistir a una junta de vecinos falsa o que justifiquemos que en su casa hay algún supuesto daño a reparar, por ejemplo, un problema de rotura de tuberías que afecta a otro domicilio», relata el responsable del Colegio.

Él personalmente señala que ha recibido cuatro peticiones de algunos propietarios de las comunidades vecinales de las que se encarga en Málaga capital, aunque afirma que donde más casos se están produciendo es en las urbanizaciones de la Costa del Sol que es la zona donde se concentra el mayor número de segundas residencias de la provincia. «Algunos incluso han enviado un papel ya preparado con los motivos alegados, sólo para que se lo certificáramos. Y también se da el caso de que cuando te niegas a hacerlo los hay que se molestan bastante y te contestan con muy mala educación», comenta.

El representante colegial afirma que, evidentemente, conminan a todos los administradores no respaldar ninguna de estas peticiones, aunque el requiriente les muestre su enfado o rechazo. «Se trata de una falsedad y nosotros no podemos certificar algo que no es real. Nos debemos a nuestra profesión y tenemos que guardar siempre su prestigio. Y si algún propietario se enfada por eso también forma parte de nuestro trabajo», apunta rotundo Jiménez, que recuerda el valor que tiene siempre el criterio de un administrador de cara a Administración o a la Justicia.

En Málaga hay algo más de un millar de administradores colegiados, lo que la convierte en una de las provincias con más profesionales en este ámbito.

Alicante, otra zona afectada

Los intentos de picaresca en este apartado no son ni mucho menos exclusivos de Málaga. En Alicante, los administradores aseguran haber recibido muchas peticiones de certificaciones falsas (unas 800, según su vicepresidenta, Belén Sánchez), sobre todo en la zona de costa y por motivos de supuestas obras en bajantes u otras, que harían necesaria la presencia de sus propietarios en esas segundas residencias. «Nos hemos negado tajantemente», señaló al diario Información de Alicante.

En el caso de una avería real en una segunda vivienda, además, hay recursos para acceder a la misma sin la presencia del propietario, como el envío de las llaves a un familiar que resida en la provincia, a otro vecino, al presidente de la comunidad o al secretario administrador dejando constancia del carácter puntual del acceso solo para reparación. Y aunque puedan existir supuestos de avería donde un desplazamiento pudiera estar justificado por alguna actuación urgente y necesaria, Sánchez reiteró que ninguno de los casos antes mencionados era real.