Economía

La pandemia reduce el PIB de Málaga en 4.800 millones y se come el crecimiento de tres años

Debido al gran peso del turismo, concentra un 30% de los 16.500 millones de pérdida que se dejó el PIB andaluz en el año de la pandemia

Clientes en un negocio de hostelería del Centro de Málaga

Clientes en un negocio de hostelería del Centro de Málaga / Álex Zea

José Vicente Rodríguez

José Vicente Rodríguez

El año 2020 generó una enorme factura para la economía, el tejido empresarial y el empleo de Málaga por el impacto de la pandemia, con un desplome sin precedentes del consumo y la actividad que se han comido tres años de gran avance (los comprendidos entre 2016 y 2019) en los que el Producto Interior Bruto (PIB) de la provincia alcanzó sus máximos históricos. Las primeras estimaciones del instituto andaluz de estadística IECA revelan que la economía de Málaga, tras la caída del 14% sufrida el pasado año, se quedó en los 31.398 millones de euros a precios corrientes, con un descenso de 4.820 millones en relación al anterior ejercicio, que superó los 36.200.

La cifra de 2019 había sido precisamente la más alta de toda la serie disponible en el IECA que arranca en el 2008 (precisamente el primero de la recesión que se vivió a nivel mundial con un PIB entonces de casi 31.000 millones), y constató que la producción se movía ya en valores parecidos a los del boom que Málaga vivió durante los primeros años de este siglo XXI. La economía había comenzado a remontar de forma clara a partir de 2015, tras caer en los años más duros de la crisis a niveles por debajo de los 28.000 millones y, entre 2016 y 2019 logró aumentar de 31.400 millones a los citados 36.200. El año 2020, en principio, iba a dar continuidad a esa etapa de crecimiento, pero la irrupción del Covid ha devastado todas esas expectativas, restando a Málaga todo el aumento del PIB acumulado en los tres años precedentes.

La enorme relevancia del turismo, la hostelería o el comercio en la economía provincial (el sector servicios reúne el 82% de la riqueza de Málaga) provocó que el desplome fuera el más acusado de toda Andalucía, según recordaba esta semana Analistas Económicos de Andalucía, el gabinete de estudios del Grupo Unicaja. Si la caída media en Andalucía estuvo en el 10,3%, estuvieron por encima de esa tasa tanto Málaga (con el mencionado 14%) como Cádiz (-10,7%), las provincias de más marcado acento turístico.

En aquellas con mayor peso del sector agrario, el descenso fue menor, caso de Almería (-9,3%), Huelva (-7,8%), Jaén o Córdoba (ambas con el -8%). Granada y Sevilla, por su parte, estuvieron en un descenso en torno al 9,5%.

En todo caso, la economía malagueña mantiene su peso en la economía regional, representando, como en años anteriores, una quinta parte del PIB andaluz, que se cifró en casi 156.900 millones de euros en 2020. «Málaga ha caído mucho, pero el resto también, así que los pesos de cada provincia se mantienen prácticamente igual», recuerdan expertos relacionados con estas estadísticas.

Peso en Andalucía

La lectura de los datos del IECA permite comprobar que Andalucía se ha dejado cerca de 16.500 millones de producción en el primer año de la pandemia. Un 30% de ese descenso corresponde así a Málaga. El otro gran bastión económico de la comunidad, Sevilla, ha visto caer su PIB en 3.680 millones, lo que supone otro 22,7% del total de descenso andaluz.

Y es que las cifras de la comunidad siguen corroborando el protagonismo económico de Sevilla y Málaga en el conjunto de la región. La provincia hispalense lidera el ranking y presentó en 2020 un PIB a precios de mercado de 38.336 millones de euros a cierre del pasado año, aportando el 24,2% del PIB de la región frente al 20% de Málaga.

Estas tasas no quitan valor al calificativo de «motor económico» de la comunidad que Málaga se ha forjado desde hace tiempo ya que, según han afirmado en varias ocasiones fuentes del mundo empresarial y económico, Sevilla cuenta con una mayor aportación del segmento público a sus cifras de producción global y dispone además del intangible de ser la capital política e institucional de Andalucía, lo que provoca un efecto tractor para las grandes corporaciones. Por contra, la economía de Málaga basa mayormente su pujanza en el puro tirón del sector privado.

En cualquier caso, está claro que los estragos económicos del Covid han afectado más a Málaga que a Sevilla. De hecho, en el último año la provincia malacitana, líder tradicional en número de empresas, se ha visto superada por la hispalense. El parque empresarial malagueño, que hace un año superaba al sevillano (55.929 frente a 54.675) está ahora por detrás del de la provincia hispalense (que tiene actualmente 52.973, por las 52.393 de Málaga).

La economía crecerá este año entre un 4,4% y un 7,5%

Para este 2021 se espera, de entrada, un repunte del PIB, aunque su intensidad estará sujeta a la evolución sanitaria. No se prevé, de cualquier forma, que pueda paliar todo lo perdido este año, por lo que habría todavía que esperar a 2022 o 2023, si todo va bien, para tratar de llegar a un punto económico más o menos similar al previo a la pandemia. De momento, Analistas Económicos de Andalucía estimaba hace unos días que la economía de la provincia de Málaga registrará el mayor incremento de toda Andalucía a lo largo de este año tras haber registrado el pasado ejercicio la caída más abrupta de toda la comunidad. El PIB de Málaga subiría así en 2021 entre un 4,4% y un 7,5%, en función de si el escenario es el esperado o termina siendo menos favorable.

Otro daño cuantioso se ha dado en el empleo, con una subida de casi 47.000 parados en Málaga desde los niveles previos a la pandemia que sitúan el total de desempleados en cerca de 200.000. También se han perdido 17.000 cotizantes a la Seguridad Social (ahora hay 595.000) aunque teniendo en cuenta que también hay 34.000 personas incluidas en Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), que siguen siendo contabilizados como ocupados pese a su situación. La tasa de desempleo afecta al 22,4% de la población activa malagueña.

Los sindicatos CCOO y UGT, liderados en Málaga por Fernando Cubillo y por Soledad Ruiz respectivamente, ya ha manifestado en muchas ocasiones su opinión de que es necesario diversificar el modelo productivo para que no dependa tanto del turismo y para que la precariedad de los contratos deje de ser la nota dominante.

La Confederación de Empresarios de Málaga (CEM), presidida por Javier González de Lara, siempre se ha mostrado abierta a perfeccionar el modelo pero sin renunciar en modo alguno a un turismo donde la provincia ejercer una posición de liderazgo.