Coronavirus

Más allá del 9M: prudencia ciudadana y eficacia en las decisiones

Expertos analizan el escenario que se presenta tras el domingo - Mantener el toque de queda y controlar el ocio nocturno son algunas de las propuestas

Celebrando la vacuna recién puesta en el Palacio de Ferias y Congresos de Málaga

Celebrando la vacuna recién puesta en el Palacio de Ferias y Congresos de Málaga / Álex Zea

Ana I. Montañez

Ana I. Montañez

A partir del domingo, Andalucía, como el resto del país, entrará en una nueva etapa de lo que hace casi un año se denominó «nueva normalidad».

Cuatro olas epidémicas después, la comunidad dará sus primeros pasos fuera del segundo estado de alarma, abrirá sus fronteras y reinará la libertad de movimiento salvo en contadas excepciones, por ejemplo, en municipios con una incidencia superior a los 500 y los 1.000 casos por cada 100.000 habitantes.

Por supuesto, seguirán imperando la mascarilla, la distancia social, el gel hidroalcohólico y un último factor más que relevante: las vacunas. El 30,9% de la población cuenta al menos con una vacuna y el 14,3% tiene la pauta completa, con datos a 6 de mayo. Para finales de mes, el Ejecutivo andaluz espera administrar un millón de vacunas semanales.

Con estos datos y con una descendente tasa de incidencia acumulada a 14 días situada ahora en los 193,2 casos, la situación, según los expertos consultados por este periódico, es favorable a una relajación de las medidas restrictivas.

Eso sí, la incertidumbre es palpable y la buena evolución dependerá en gran medida de dos aspectos vitales: la prudencia de la ciudadanía y la toma de decisiones rápida y eficaz de los gobernantes ante un aumento de los casos.

«Ahora estamos en un contexto epidemiológico muy diferente al de hace un año, determinado sobre todo por la campaña de vacunación masiva», opina Julián Olalla, portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica. «Se nos va a permitir movernos, que no haya toque de queda... pero hay que tener claro que la vida que tenemos no puede ser la previa, va a ser necesario que seamos prudentes».

A los datos epidemiológicos y de vacunación, el doctor Olalla suma la capacidad de monitorización de los contagios y las medidas restrictivas con garantías de ser efectivas con los que ya contamos. «Va a ser el paso de las semanas, con la retirada de las medidas, las que nos digan si estamos acertando o no. Las vacunas son eficaces pero esto es un fenómeno vivo, no estático y, por tanto, tenemos que estar vigilantes», añade refiriéndose a las variantes del virus.

«A partir de ahora llegamos a un punto en el que el compromiso por parte de la población en el cumplimiento de las medidas debe ser muy elevado. Tenemos a nuestro favor que las tasas de vacunación están siendo muy altas», considera el presidente de la Sociedad Andaluza de Medicina Preventiva y Salud Pública, Rafael Martínez.

Según la vocal de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria, María José Aparicio, el grado de responsabilidad ciudadana determinará el proceso de desescalada. «Todo dependerá del número de contagios y la incidencia acumulada que tengamos».

Mantener el toque de queda

Sobre el fin del cierre perimetral de la comunidad, Martínez opina que con la situación controlada del sistema sanitario y la evolución de los contagios puede revocarse aunque sí ve adecuado que se mantenga el toque de queda.

El ocio nocturno será uno de los grandes beneficiados del fin de esa limitación horaria, por lo que, según el presidente de la SAMPSP, debería establecerse un control y una regulación.

«Cuando volvamos a tener el ocio nocturno tendremos que arbitrar unas medidas que sean muy seguras en espacios cerrados y controladas en los espacios abiertos. Siempre de forma prudente y controlada para que no tengamos ningún tipo de sorpresa», apunta.

En la misma línea se manifiesta la presidenta de la Sociedad Andaluza de Alergología e Inmunología Clínica, María Cesárea Sánchez, partidaria de una restricción horaria nocturna ya que son horas de más relajación por lo que el riesgo de contagio es mayor.

«Aunque el porcentaje de vacunados sea importante aún sigue habiendo muchísimas personas que pueden ser asintomáticos y portadores del virus», subraya. «No debemos dejar de ser precavidos y olvidarnos que estamos ante un arma muy mortal y que está ahí».