El árbol más famoso de los Baroja es `El árbol de la ciencia´ pero hay otro más: el fastuoso ombú que crece en la finca familiar `El Carambuco´, en Churriana. Fue plantado hace 35 años por Pío Caro Baroja, sobrino de don Pío Baroja y hermano de Julio, el conocido antropólogo y etnólogo, premio Príncipe de Asturias, fallecido hace una década.

Pío Caro Baroja es un hombre con un fino sentido del humor que ha vivido con la misma intensidad que Zalacaín, uno de los personajes más famosos de su tío.

Madrileño de familia vasca y abuela malagueña, nació en 1928, "cuando aún quedaba el eco del siglo XIX, el del esplendor en Física, Química, Medicina y Literatura", dice.

Con 24 años decide irse a México. "Veía que no tenía porvenir en España, me encontraba asfixiado y como ya tenía un sentido de la aventura, me marché", confiesa. Su tío Ricardo, el hermano del escritor, le aconsejó que se hiciera pelotari en México. "Pero practiqué con la cesta punta y vi que no servía por la muñeca", confiesa

La casualidad hizo que entrara en el mundo del cine. Tras quedarse maravillado en Madrid con el neorrealismo italiano, en México conoció a Francisco Pina un crítico de cine exiliado. "Me comentó que se iba a celebrar una semana de cine italiano en la capital y como él no se animaba, terminé presentando la película `El capote´ de Alberto Lattuada".

La presentación fue un éxito. Al joven Pío le propusieron ser columnista de cine y con el tiempo, llegó a ayudante de dirección y director. En México realizó tres documentales con Walter Reuter, el fotógrafo y cineasta alemán que escapó de los nazis.

Hablando de su carrera como documentalista, amén de director de series de televisión y de una película basada en una novela de su tío, Pío confiesa: "A mí me hubiese gustado hacer el cine épico multimillonario como `Doctor Zhivago´, pero desde luego con lo que no me podía quedar era con Martínez Soria y López Vázquez. Mi idea de cine era otra".

Los exiliados. Durante los siete años que pasó en México conoció a los actores más famosos del país, granjeandose el aprecio del `indio´ Fernández (el director y actor Emilio Fernández). De paso, trabó amistad con todo el exilio español. "Yo fui ayudante de dirección con Manolito Altolaguirre y también conocí al escritor vasco Simón Otaola, a Pedro Garfias, Moreno Villa, Juanito Rejano...".

Se hizo amigo íntimo de León Felipe, al que le gustaba recordar sus tiempos de boticario en la Alcarria. "Lo que más le gustaba era hablar de los pastores, de las liebres, de cómo hablaban los catetos...", recuerda.

En la memoria guarda una curiosa visita junto al `indio´ Fernandéz a la casa de Buñuel. "Terminó enseñándonos su colección de pistolas y presumiendo de poder disparar al `indio´ con un periódico en el pecho, sin hacerle daño". Cuenta que el director mejicano repuso: "Si quieres lo hacemos pero el que dispara soy yo".

De su tío Pío Baroja, con el que convivió 25 años, recuerda su carácter de hombre veraz, "muy cariñoso para el mundo interior". Hoy la editorial Caro Raggio, que fundó el padre del documentalista, continúa publicando los libros del escritor de la Generación del 98.

En 1956, a la muerte del escritor, su hermano Julio Caro Baroja, 14 años mayor que él, consiguió comprar la finca `El Carambuco´ en Churriana, gracias a la mediación de Gerald Brenan. Con los años, surgen las tertulias en la plaza del Obispo (en la tienda de Manuel Blasco, el primo de Picasso) y la propuesta de Julio de crear un Museo de Artes Populares. Medio siglo más tarde, `El Carambuco´ se ha convertido en el lugar de descanso de Pío Caro Baroja, un hombre afable, testigo de personajes y hechos únicos.

Exposición de cuadros y conferencias en recuerdo de Julio Caro Baroja Para Pío, Julio era "un padre y un hermano" además del amigo sabio que le resolvía las traducciones escolares de latín; "aunque luego los profesores me hacían preguntas y me quedaba en blanco", bromea. Con motivo de los 10 años de la muerte de Julio, Pío Caro Baroja abrirá las puertas de `El Carambuco´, en Churriana, del 15 de octubre al 15 de noviembre, para mostrar, en un antiguo granero acondicionado como sala, una veintena de cuadros y dibujos realizados por Julio Caro Baroja durante sus descansos Churriana. Además, cada viernes se celebrará en `El Carambuco´ un ciclo de conferencias. Las charlas analizarán la relación de Julio Caro Baroja con Brenan y la correspondencia que mantuvieron; las obras y premios del etnógrafo; la labor antropológica de Caro Baroja y la última conferencia será un homenaje a Manuel Altolaguirre, con la participación de María Victoria Atencia, José Antonio Muñoz Rojas y Alfonso Canales.