Lucía godoy. Rincón de la Victoria

El pasado martes día 6 Mario Muñoz Sánchez, profesor del Instituto de Educación Secundaria Bezmiliana de Rincón de la Victoria sufrió la última agresión por parte de un ex alumno del centro provocándole contusiones en cara y nariz y un hematoma en el ojo derecho. Según explicó el profesor, los hechos se produjeron en las inmediaciones del centro cuando éste volvía para incorporarse a su puesto tras el descanso del recreo. En la entrada del centro fue sorprendido por el menor -de 17 años- y con la ayuda de un amigo que lo inmovilizó, le propinó dos puñetazos, necesitando asistencia médica. Pero, Mario está siendo acosado por este menor -cuya identidad no ha sido facilitada- desde el 19 de enero de 2005, fecha en la que fue presentada la primera denuncia y cuyo juicio en la Fiscalía de Menores ha quedado visto para sentencia. Mario explica que aquella primera agresión se debió a que el menor lanzó una "lluvia de piedras" contra él y sus alumnos que se encontraban en el patio, pues Mario imparte educación física.

El menor nunca ha sido alumno de Mario pero bastó que este docente, ante "la falta de control que ejercía su profesorado", le invitase a volver a clase para ser objeto de su ira.

El menor fue denunciado en una segunda ocasión, concretamente, el 21 de octubre de 2005 cuando intentó agredir a Mario con el casco del ciclomotor que conducía. Pero los episodios violentos se han repetido con otros profesores y conserjes, por lo que ha sido expulsado hasta en tres ocasiones, la más grave de 29 días.

Acoso. Mario, que lleva 18 años ejerciendo su profesión en este centro, se siente "en tensión" pues las amenazas e insultos no sólo se limitan al centro escolar, sino también cuando coincide con él en cualquier punto del municipio. Sin embargo, Mario se encuentra arropado por todo el profesorado y sindicatos quienes han decidido hacer público este caso para que la administración tome medidas más severas ante este tipo de episodios. Asimismo, al declararse este menor culpable en el juicio motivado por la primera agresión, la Fiscalía no permitió que Mario narrase el acoso al que está sometido desde enero de 2005. Mario ni siquiera se ha dado de baja porque considera que su labor "no debe verse coaccionada por personas violentas".