Son dos visiones bien distintas de una zona de Málaga capital, captadas por la cámara en más de 30 fotografías en blanco y negro, que hasta el 4 de abril pueden verse en la Facultad de Derecho con el título `Palma-Palmilla se mueve´.

Por un lado, "la injusticia social y sobre todo el estado de las viviendas con más de 40 años y gente sin medios para arreglarlas" pero también hay otra visión, la de que en La Palma-Palmilla, un barrio de 30.000 personas, haya "mucha gente trabajadora que lucha por cambiar las cosas", explica Victoria Manjón, de la asociación de vecinos `Los Paraos´, organizadora de la exposición junto con la asociación vecinal `Palma-Palmilla´.

La muestra, que es itinerante y que a lo largo de mayo podrá verse en las facultades de Ciencias de la Salud y Ciencias Económicas y Empresariales, tiene previsto recorrer en los próximos meses las calles de Málaga.

La iniciativa, que cuenta con la colaboración del vicerrectorado de Cultura de la Universidad y el Centro de Ediciones de la Diputación de Málaga, se complementó a principios de este año con la publicación de un calendario con algunas de estas fotos, llenas de luces y sombras del barrio.

Para la portavoz vecinal Victoria Manjón, la exposición quiere llamar la atención de las autoridades, en especial del Ayuntamiento de Málaga y la Junta de Andalucía. "Ambas instituciones son responsables y exigimos vivir de una manera digna", explica.

Entre los textos que acompañan a las fotos puede leerse: "Estamos cansados de que las instituciones no den respuesta a las necesidades básicas que llevamos años reclamando y que nos miren y nos digan que somos delincuentes, drogadictos, irresponsables o asesinos. Somos 30.000".

La muestra sirve para informar cómo nace este conjunto de barriadas (La Palma, La Palmilla, 26 de Febrero, La Virreina...) en muchos casos, traslados forzosos de los malagueños de barrios como La Trinidad o El Perchel a la periferia, "por el interés inmobiliario y la especulación".

En `Palma-Palmilla se mueve´ hay impactantes fotos del deterioro de zonas comunes de los bloques, junto con la miradas limpias y esperanzadas de los vecinos.

Victoria Manjón aprovecha para solicitar, en nombre de los vecinos, una petición no atendida desde hace 10 años: educadores en la calle, para un barrio con personalidad propia y ganas de salir de un pozo con mucho fondo.