Los `malayos´ eran un puñado de horteras y personajes de farándula. Los `hidalgos´, en cambio, son figuras de rancio abolengo, además de rufianes de muy diversa calaña. Como dice el refrán, "no hay más leña que la que arde" y `Ballena Blanca´, `Malaya´ e `Hidalgo´ no son más que partes de un todo y, por tanto, están conectadas por fabulosas coincidencias. Historias de realezas, armas, droga, blanqueo de dinero y corrupción al más alto nivel en más de una docena de países en cuatro continentes, con epicentro en Marbella.

Al menos dos de las ochocientas sociedades manejadas desde el bufete marbellí Cruz Conde, las mercantiles gibraltareñas `La Belle Ltd.´ y `Annagap Ltd.´, pertenecen al libanés Abboudi Kamel Abder Rahman El Assir, de 56 años, ex cuñado de Adnam Kashoggi y ex padrastro del fallecido Dody Al Fayed, pretendiente de Diana de Gales. La policía le imputa la pertenencia a un entramado empresarial árabe que actuó en Argentina con estrecha relación con el ex presidente Carlos Menem, al que fueron desviadas elevadas sumas de dinero de procedencia ilícita.

Conocido también como Abderramán Al Assir y Abdul Rahman El Assir (diferentes transcripciones fonéticas de la grafía árabe), era agregado cultural de la embajada de Líbano en El Cairo cuando conoció a la directora de la revista `Al Sharkiah´, Samira Kashoggi, madre de Dody, con quien se casó en Cannes (Francia) en 1976.

Llegó a Marbella a principios de los 80, de la mano de su cuñado Adnam, como intermediario en operaciones de venta de armas a países africanos como Marruecos, Egipto y Somalia; negocios que con frecuencia se cerraron en ostentosas fiestas sobre la cubierta del `Nabila´, que por entonces pasaba largas temporadas atracado en Puerto Banús.

Sus estancias en Marbella las alternó con fugaces visitas a la provincia argentina de Mendoza, donde obtuvo la carta de ciudadanía por naturalización el 12 de junio de 1987, en un proceso cuajado de irregularidades en el que se acreditó como ingeniero de nacionalidad jordana. La causa continúa abierta y se enfrenta a seis años de cárcel por falsedad ideológica de instrumentos públicos.

Sus compañeros de reparto en esta historia son su primera mujer, Mira Khalil; el presunto narcoterrorista Monzer Al Kassar; su mujer, Ragdha Habbal, y su hermano Ghassan Al Kassar; los magistrados argentinos Nicolás Becerra y Jorge Garguir; el abogado Roberto Sastre; la secretaria de Amira Yoma, ex cuñada de Carlos Menen, Cristina Abdur; el sirio Bashir Sulaiman Akasha; así como un judío terrateniente marbellí que anda por ahí pagando mociones de censura.

En 1989 trasladó su residencia al madrileño Paseo de la Castellana, como vicepresidente de Alkántara S.A. y director general de Triad España S.A., las dos ramas principales del holding hispano de Kashoggi.

Uno de sus mejores `pelotazos´ lo consiguió en agosto de 1994, cuando cerró una venta de armamento entre España y Marruecos que le reportó una comisión de 10.000 millones de pesetas, dinero que fue ingresado en cuentas suizas de sociedades radicadas en Panamá y otros paraísos fiscales.

El diario árabe `Sourakía´, editado en Londres, decía de él que "el milagro de El Assir consiste en comer un día con el Rey Juan Carlos I, cenar con el rey Hassan II y desayunar, al día siguiente, con su amigo Felipe González y otros dirigentes del PSOE".

Íntimo amigo del ex marido de Esther Koplowitz, Alberto Alcocer, terminó, como éste, divorciándose de Samira y casándose en 1985 en Notre Dame (París) con su secretaria en Alkántara S.A., María Fernández Longoria, hija del que fuera embajador de España en El Cairo, Carlos Fernández Longoria de Pavía. El divorcio fue tramitado desde Buenos Aires.

Abder Rahman El Assir y María Fernández Longoria tienen tres hijos en común y seis grandes mansiones en lugares como Sotogrande, la urbanización Puerta de Hierro de Madrid, la estación invernal de Gsstad (Suiza) y la isla caribeña de Mustique.

El libanés mantiene una amistad de más de 20 años con el Rey Juan Carlos, con quien ha participado en numerosas monterías. Durante la presidencia de José María Aznar, en mayo de 2001, actuó de `cicerone´ en la visita de Bill Clinton a Madrid y fue uno de los asistentes de honor en la boda de Ana Aznar y Alejandro Agag. También estuvo invitado, en mayo de 2004, a la boda de los príncipes de Asturias, a la que no asistió tras recibir algún consejo en tal sentido.

Pero al tiempo que se codeaba con lo más granado de la aristocracia española, las autoridades judiciales comenzaron a fijar su interés en él. En 1987 fue vinculado en Argentina a una "red árabe" de traficantes de armas y droga que comenzó a operar en la provincia de Mendoza bajo la tapadera de realizar inversiones en plantaciones de `jojoba´ en La Rioja, San Juán y Mendoza.

En junio de ese año justificó la excepcionalidad de su residencia argentina mediante la adquisición de la empresa Moondick S.A., dedicada a negocios inmobiliarias y a la explotación de fincas agrícolas, ganaderas, forestales, etc. Esta mercantil está relacionada con Monzer Al Kassar a través de la empresa Berlina S.A..

Este caso, citado anteriormente, está pendiente de juicio después de haber sido archivado en primera instancia y reabierto, tras recurso del fiscal, por sentencia del Tribunal Supremo de Argentina de diciembre de 2006. El Assir también fue requerido en 1995 para declarar ante la Corte Suprema de Perú por el enriquecimiento ilícito del entonces prófugo ex presidente Alán García.