La policía y la Fiscalía Anticorrupción le situaban en el Reino Unido, trabajando como empleado de un bufete de abogados neocelandés bajo la identidad de Simon York, pero vivía rodeado de lujos y mujeres en Venezuela y firmaba los recibos con su nombre auténtico, José Manuel Carlos Llorca Rodríguez. Reservado y culto, mantenía una discreta vida social, aunque gustaba de encandilar a sus conocidos con su ´savoir fair´ en Isla Margarita.

Como en el caso del protagonista de la célebre novela de Scott Fitzgerald ´El Gran Gatsby´, nadie cuestionó su fortuna hasta que un ´soplo´ permitió identificarle. Pero una vez más puso pies en polvorosa después de ´untar´ con dos millones de euros a un grupo de policías de Caracas, donde vivía en una de las zonas más exclusivas de la capital venezolana, el Country Club. Definido por la policía española como el "número uno" en el ´top ten´ de los blanqueadores en activo, sobre este escurridizo catalán de 59 años pesan órdenes internacionales de búsqueda y captura desde que en 2005 eludiera la acción de la Justicia tras ser condenado a ocho años de cárcel por la Audiencia Nacional, por un delito de blanqueo de dinero procedente del narcotráfico.

Posteriormente ha sido procesado en los sumarios de los casos ´Ballena Blanca´, ´Fórum Filatélico´ y ´Malaya´, lo que supuso la emisión de nuevas órdenes a través de Interpol para su búsqueda y captura, aunque su nombre aparece relacionado también en numerosas investigaciones por sus conexiones con organizaciones criminales dedicadas al narcotráfico, al tráfico de armas y al blanqueo de capitales.

Celoso de su anonimato, hace más de treinta años que no renueva su pasaporte español ni su DNI para evitar que su fotografía sea digitalizada e incluida en los ficheros policiales. Tampoco lo precisa. La policía tiene documentadas hasta cinco identidades diferentes que ha utilizado en trámites registrales y societarios y, además de la española, posee nacionalidad británica y venezolana; esta última conseguida en 2004, un año antes de que fuera condenado por la Audiencia Nacional.

El diario venezolano ´El Universal´ destapó el pasado día 12 los detalles de su nueva fuga, aunque sólo la Fiscalía General de Venezuela ha reconocido el episodio después de acusar a dos policías y a un funcionario del Consejo Nacional Electoral (CNE) de extorsionar a Llorca Rodríguez, con quien habrían pactado el pago de dos millones de euros para evitar que fuera investigado por las requisitorias de la Justicia española. La Fiscalía venezolana explicó en un comunicado que "de acuerdo con las investigaciones preliminares, los funcionarios estarían solicitándole al español cierta cantidad de dinero a cambio de no iniciar una investigación en su contra, pues éste estaría siendo solicitado por las autoridades de su país".

Extorsión. Aunque la policía y el Ministerio de Interior venezolanos guardan silencio, a lo largo de esta semana fueron conociéndose más detalles sobre su rocambolesca fuga. Según el relato de ´El Universal´, el funcionario del CNE Freddy Omar Rodríguez fue quien habría identificado al prófugo catalán y acudió a una comisaría para comunicarlo a agentes del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc). "Entre las calles Los Cedros y Samanes, en el Country Club, justo en la quinta ´Villa Normanda´, vive un ciudadano español que está siendo requerido por Interpol? tiene dinero", habría indicado el informador.

Denuncia. El martes día 6 de mayo Freddy Omar Rodríguez acompañó al subcomisario Miguel Suárez Mayo, jefe de investigaciones de la comisaría de la Cicpc ´Simón Rodríguez´, en Caracas, y al detective Roniel Mendoza González a la casa de José Manuel Carlos Llorca Rodríguez. Le pidieron dinero a cambio de no entregarlo a las autoridades y dejarlo en libertad. El español hizo dos pagos, uno de 60.000 dólares y otros de 100.000 euros, y negoció la cantidad restante hasta los dos millones de euros. Entre tanto, se las ingenió para dar instrucciones a uno de sus empleados para que denunciara la extorsión.

Según relata el periódico ´Diariocrítico de Venezuela´, el día 9 de mayo la Fiscal Yolanda Peña viajó acompañada de agentes de la brigada de Delitos de Función Pública de la Cicpc a Isla Margarita para detener a Llorca y a los policias corruptos, pero sólo encontró una mansión vacía y en obras. La mañana del 10 de mayo la comisión judicial se desplazó a su domicilio, pero tampoco estaba allí. Gestiones posteriores permitieron saber que la misma tarde del 9 de mayo Llorca se registró bajo la identidad de su novia, una mujer de unos 30 años, en el hotel Tamanaco, un cinco estrellas de Caracas. Para cuando la policía hizo las gestiones pertinentes, Llorca ya había volado. Esa es la última referencia que su paradero.

Lo relatado por los diarios venezolanos obedecería a la explicación de los hechos facilitada por el trabajador de Llorca que los denunció. No obstante, la Fiscalía General de Venezuela cree que Llorca vivió protegido por los agentes de la Cicpc en Caracas, que dilataban las gestiones para su localización y que finalmente facilitaron su fuga a cambio de la cantidad ya referida. Fuentes policiales indicaron que la Justicia española ha vuelto a cursar una orden internacional de detención contra Llorca a través de Interpol ante las sospechas de que permanezca aún en Venezuela.