El lector que haya leído el título y el subtítulo de este artículo pensará, con razón, que el autor de estas líneas ha sufrido algún tipo de ´amajaronamiento súbito´ o un golpe de calor. Paciencia y lean por favor hasta el final.

Como supimos ayer, el área de Protocolo del Ayuntamiento ha sembrado un poco de cordura en el ´irracional´ aspecto exterior de nuestros políticos durante el verano.

El protocolo municipal aconseja no lucir corbata en una serie de actos en los que nuestros políticos encorbatados rozan los ´límites lipotímicos´.

Lo cierto es que, si imperara la cordura, nuestro alcalde, por ejemplo, podría lucir elegantes camisas no sólo cuando pasea a Manuel Chaves o a otra autoridad por la calle Larios durante la Feria de Agosto.

Casi puede decirse que a Francisco De la Torre sólo lo hemos visto en mangas de camisa en actos electorales, y es una pena, porque los políticos malagueños deberían dar una imagen más acorde con el verano de una ciudad tan turística como Málaga.

Eso sí, sin pasarse como un concejal de Cultura de Bruselas, que hace unos años recibió a una delegación de empresarios del turismo malagueño en vaqueros ´raíos´ y una camiseta de motero. El hombre estaba tan ilusionado con la visita como por contraer el dengue, de ahí su esplendorosa ´puesta a punto´.

En julio y agosto nuestros políticos deberían hallar el punto medio entre el encorbatamiento férreo y el ´look motero´. El área de Protocolo del Ayuntamiento les acaba de señalar el elegante caminito de en medio.

Fogata temática

En la pasada noche de San Juan, una de las ´fogatas temáticas´ de la playa del Dedo (o del ´Deo´, a gusto del consumidor), estuvo dedicada a la fábrica de Cemento de La Araña, cuya réplica ardió para conmemorar el solsticio de verano.

Aunque la multinacional italiana hace serios esfuerzos por contaminar menos, y se ha gastado muchos millones de euros en adecuar la fábrica, sigue siendo un problema medioambiental para muchísimos vecinos.

El garum de Málaga

En el voluminoso segundo tomo de la revista Mainake, que continúa recogiendo el ciclo ´Tiempos de púrpura. Málaga antigua y antigüedades hispanas´ hay un curioso artículo sobre la elaboración de la salsa de garum y su imagen en las fuentes literarias romanas, entre otros aspectos.

Así, en el libro de Apicio (el Karlos Arguiñano) del imperio romano, el garum aparece en 42 ocasiones y como ingrediente en 33 platos. Lo curioso es que casi nunca lo encontramos solo, sino mezclado con agua, vinagre o vino.

Hace un par de años, La Cónsula en Churriana acogió una muestra de cocina romana, gracias a la labor investigadora de un historiador italiano. Como ´joya de la corona´ se exhibió una jarrita rellena de garum, que aunque no había podido quedarse ´macerando´ el tiempo suficiente, soltaba un olorcillo intenso pero agradable. Quizás el mismo que volvió ´tarumba´ a los emperadores romanos.

Por cierto que ayer, en la calle Fresca, homúnculos anónimos habían volcado un cargamento de comida en descomposición, que permanecía sin recoger a las 10.30 de la mañana. Quizás con esta imagen los paseantes tengan una idea más aproximada de cómo se hacía el garum.