No son amenazas, pero sí advertencias: la intensidad de las reivindicaciones policiales seguirá aumentando si no se obtiene una respuesta por parte del Ejecutivo. La última decisión ha sido la de exhortar a los agentes a no realizar ningún servicio extraordinario. No sólo durante los miércoles y jueves fijados desde el inicio de la denominada huelga de celo, sino también durante el resto la semana. Y agosto incluido.

Al menos será así, explicaron ayer, hasta que se readmita al inspector jefe responsable del Puerto de Málaga, destituido de su puesto de trabajo el pasado jueves por un supuesto retraso de una hora en la salida de un barco ´melillero´, y se le retire el expediente disciplinario que le han abierto. "Es intolerable que se destituya a una persona por hacer su trabajo, porque lo que estaba haciendo era garantizar la seguridad de los pasajeros", denunció José Luis Fernández Torres, secretario provincial del Sindicato Profesional de Policía (SPP) y designado portavoz de los cinco sindicatos.

Para todos, esta actuación del director general operativo representa "una auténtica cacicada con la que pretenden asustar al resto de funcionarios para que no secunden las medidas de presión planeadas -trabajo a reglamento durante los miércoles y jueves de julio y ningún servicio extraordinario-. Ha sido un aviso a navegantes que lo único que ha hecho ha sido conseguir el efecto contrario: radicalizar nuestra postura", advirtió.

Aseguran que si la excusa para destituir al compañero fue el retraso de una hora en el barco, "ayer mismo también salió cuarenta minutos tarde y el pasado martes una hora y media. Tendrían que haber destituido entonces a alguien también, ¿no?", preguntó retóricamente Fernández Torres.

Sí es cierto que no ha sido la única represalia, como ellos la denominan, de la Dirección General, y en otros puntos de España, como Barcelona y Santander, también se han dado casos similares, por lo que los servicios extraordinarios dejarán de hacerse en todo el territorio nacional y afectará, especialmente, a los servicios, "cuya planificación está condicionada prácticamente a las horas extra de los agentes: seguridad ciudadana, controles en Puerto y Aeropuerto, los eventos deportivos y culturales, y ahora la Feria de Málaga".

De momento, este fin de semana el Puerto de Málaga se quedará con un solo funcionario para controlar la entrada y salida de barcos, con una media de 500 pasajeros y 85 vehículos. "El resto de los turnos se ha suplido siempre con servicios extraordinarios -que son pagados a seis euros la hora, cuando los policías locales los cobran a veinte- así que tendrán que traer a agentes de otros puestos para completar el servicio y, por tanto, habrá menos policías en las calles", apuntaron.

Insisten en que no quieren que la seguridad del ciudadano se resienta, pero si la situación no cambia, seguirán apretando.