Los grafitis erótico-festivos encontrados en Pompeya han adquirido valor por el paso del tiempo ya que contienen no sólo información detallada sobre el comercio carnal de la época sino también porque algunos de ellos esconden agudas reflexiones, comparables a las que Marcial les soltaba a lo más granado (y sinvergüenza) de la sociedad romana.

Por contra, ya pueden pasar siglos y milenios que las pintadas conservadas estos días en las calles de Málaga apenas servirían para desentrañar un pimiento.

El declive intelectual de la ´pintada´, desde el auge de los años 60 al pobreterío neuronal de nuestros días, se manifiesta en las toscas firmas que nuestras ´hordas cavernícolas grafiteras´ depositan, un día sí y otro también, en rincones como la estrecha calle Fresca.

Es tremendo que una calle tan fotografiada por los turistas (es una de las pocas en las que no planea ninguna atrocidad urbanística, amén del suelo de enchinado artístico) esté aderezada de firmas de incultos y otras hierbas.

Pero a veces, a lo largo del año se produce un ´interregno´ de limpieza y tranquilidad y las pintadas insensatas desaparecen, aunque sólo sea un par de días. Eso es lo que está viviendo esta semana la calle Fresca, gracias a que el lateral más castigado del Palacio del Obispo ha sido repintado.

La calle gana en hermosura, aunque el lateral izquierdo sigue para el arrastre, incluida la sede de Cáritas, una de las más dañadas por el grafiti. Pero menos da una piedra.

Aprovechemos esta tregua (involuntaria) que nos concede la barbarie grafitera y paseemos por una calle hermosa y cargada de historia, en lugar de repleta de memos con ´spray´.

Sombra y anarquía

Ω La rica variedad, por no decir la anarquía, de la trama urbanística malagueña nos depara edificios inmensos, pared con pared con casas mata y otras lindezas. Arropada entre altos edificios, en la calle Teba, muy cerca del Camino de San Rafael, se encuentra una isleta de casas mata muy modestas pero llenas de encanto, porque antes de que los edificios vecinos le dieran sombra, contaban con árboles frondosos para librarse del sol, en lo que hace décadas era uno de los extremos más alejados de Málaga.

Lo milagroso es que una isleta de estas características todavía se mantenga en pie y no haya sido sustituida por un mamotreto, como los que se levantan junto al cementerio de San Rafael, con vistas detalladas al antiguo camposanto y el cementerio judío.

Tracción animal

Ω Hace unos días, una maleducada señora esperaba la cola del 11 la primera. Un señor que tenía delante se echó a un lado y le dijo al llegar el autobús: "Pase usted primero". La señora, inexplicablemente molesta, replicó: "No, delante, los caballos". Menos mal que un malagueño justiciero que tenía al lado le precisó: "No señora, delante las mulas, pase usted primero".