Agentes de la Policía Nacional y de la Guardia Civil han logrado descabezar una organización criminal asentada desde hace un año en la zona de la Axarquía, en la provincia de Málaga, integrada sobre todo por individuos procedentes de Lituania "extremadamente violentos" y que se dedicaban, entre otras actividades, a ejecutar secuestros. Los cuatro detenidos pasaron a disposición judicial e ingresaron en prisión.

El principal detenido, M.D., de 29 años y reclamado por las autoridades judiciales por varios delitos graves, era el líder de la banda y el que daba las órdenes al resto, mientras que otro, P.F., de nacionalidad checa y 38 años de edad, se dedicaba a la logística e infraestructura de la organización, por ejemplo las falsificaciones. Los otros dos arrestados, E.D. --hermano del cabecilla-- y G.J., eran "meros soldados" que se dedicaban a obedecer órdenes y ejecutarlas.

Las investigaciones, llevada a cabo entre la Udyco Costa del Sol de la Policía Nacional y el Grupo de Patrimonio de la Guardia Civil, se iniciaron al tener conocimiento de la existencia de una banda de lituanos con antecedentes por robo en domicilios en la zona de Vélez-Málaga, lo que unido a un aumento de este tipo de delitos hizo a ambos cuerpos unir información e iniciar una operación conjunta, denominada 'Robocop', que se desarrolló en la noche del 21 al 22 de este mes.

Según informó el inspector jefe de Crimen Organizado, Julio Bujalance, los detenidos ya eran conocidos en relación al secuestro de un británico en Marbella en 2004, por el que el líder tiene un orden de busca y captura de un juzgado marbellí. Así, consiguieron un rescate de más de 500.000 euros, que invirtieron en su país, y aunque se logró detener a varios de los integrantes del grupo, no fueron los cabecillas, por lo que, según explicó, la banda se reorganizó en 2007.

En ese año 2007, realizaron al menos dos secuestros express, según precisó el inspector, en San Lucas de Barrameda (Cádiz) y en Mairena de Alcor (Sevilla). No obstante, se les imputan otros delitos como robos en viviendas y de coches, falsificación, tenencia ilícita de armas de guerra y asociación ilícita. La investigación continúa para concretar otros hechos, aunque inicialmente no se le achacan delitos en la provincia de Málaga, dónde se limitaban a residir.

El inspector destacó que el grupo tenía una disciplina militar "en la que el jefe determina y los demás asienten". De hecho, dijo, éste ha asumido toda la responsabilidad, "intentando liberar al resto de los detenidos". Asimismo, insistió en el caracter "extremadamente violento" de los sujetos, "que no dudan en utilizar las armas", y en su corpulencia física. Añadieron que son "violentos, pero educados", puesto que en una de las casas pidieron permiso para fumar.

Además, el cabecilla es "de los delincuentes más buscados en su país", según indicó el alférez de la Guardia Civil, Jerónimo Jiménez, y aprovechaba su corpulencia para llevar a cabo directamente los secuestros. Del grupo también formaba parte su pareja sentimental, detenida recientemente en la ciudad de Almería por una requisitoria judicial de la audiencia Nacional relacionada con delitos de falsificación de moneda.

Objetos intervenidos y modus operandi

Según indicaron, los integrantes del grupo extremaban la seguridad con contravigilancias incluso y planificaban de forma "exquisita" sus secuestros, controlando a la víctima para después, por ejemplo en el caso del británico secuestrado en Marbella, desplazarlo a una casa en la provincia de Almería, donde estuvo durante más de una semana.

Así, entre los objetos intervenidos se encuentran 1,2 millones de euros en moneda falsa en billetes de 500 euros. Por los antecedentes por falsificación que tiene el grupo y por la calidad, los investigadores piensan que este dinero no iba a ser introducido en el mercado sino que era para simular compra de drogas, que finalmente se llevaban utilizando las armas de fuego y distintivos de la Guardia Civil y sirenas de la Policía.

Los investigadores localizaron un apartamento en Torrox-Costa utilizado por los detenidos como piso franco, lugar en el que se han intervenido las cuatro armas de fuego y la munición, los billetes y pasaportes falsificados, aparatos electrónicos de comunicaciones e inhibidores, otras armas de defensa, pasamontañas y otros efectos incriminatorios.

Entre las armas intervenidas se encuentran dos de fuego cortas y un subfusil, mientras que otros efectos incautados son cuatro vehículos de alta gama --tres de ellos sustraídos--, útiles para falsificación de moneda, un chaleco antibalas, distintivos de la Guardia Civil y dispositivos lanzadestellos similares a los utilizados por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.