La Junta de Andalucía se ha decidido a impulsar y agilizar la obra pública para tratar de compensar los efectos de las crisis, que se ha visto agudizada por el retroceso de la construcción y la incertidumbre urbanística de un gran número de municipios, pendientes todavía de a la aprobación de diversos planes territoriales para diseñar su crecimiento. La delegada provincial del Gobierno andaluz, Mará Gámez, dejó ayer la puerta abierta para que los ayuntamientos adopten medidas como la aprobada recientemente en Marbella, donde se ha autorizado la validación de proyectos previstos en el PGOU con anterioridad a la aprobación definitiva del documento.

La representante autonómica, que se entrevistó con los empresarios de la provincia, reconoció que la normalización urbanística de las localidades podía haberse efectuado "más rápido", si bien defendió la idoneidad de medidas planificadoras como el Plan de Ordenación Territorial (POT). "No se puede exigir más control y luego quejarse porque se retrasa el crecimiento", precisó.

Gámez indicó, no obstante, que las demoras en los proyectos ya se han atenuado y que, poco a poco, las obras públicas van recuperando su ritmo de trabajo, aspecto en el que coincidió con el delegado provincial de Economía, Enrique Benítez. Ambos puntualizaron que la salida a concurso de construcciones ha aumentado un 310 por ciento en los últimos seis meses respecto al mismo periodo del pasado año, mientras que la ejecución, el pico y la pala, ha experimentado una subida del cien por cien.

Por su parte, Vicente García, presidente de la Confederación de Empresarios de Málaga (CEM), aseveró que el bloqueo de proyectos comienza a relajarse después de "cuatro años de interrupción", aunque demandó un mayor nivel de inversiones en infraestructuras.

El portavoz de la patronal insistió en las dificultades actuales de la economía y apeló a la colaboración de las administraciones "para generar entre todos un marco jurídico y económico estable que genere un clima de confianza", indicó. Además, se refirió a la crisis como un problema "cuya intensidad se desconoce" y propuso formación y agilización burocrática para conjurar los riesgos y encarar el futuro. "La innovación sigue siendo una de las grandes asignaturas pendientes de las empresas de la provincia", reseñó García.