Elías Bendodo acaba de cumplir 34 años y su carrera política ya es bastante prolífica. Está a punto de convertirse en presidente provincial del PP tras una breve etapa como secretario general en la que ha contribuido a los destacados resultados electorales de las últimas autonómicas y generales, celebradas en marzo del presente año.

Aunque su trayectoria está muy condensada en el tiempo por su juventud, ha tocado diferentes palos. Y ha conducido su ascenso político por los cauces ´lógicos´, es decir, desde Nuevas Generaciones, organismo juvenil que llegó a presidir tras ser secretario general, vicesecretario general y hasta jefe de prensa, hasta la dirección del partido, que se hará oficial en apenas un mes y medio. Pasando, por cierto, por una etapa ya extensa como concejal en el Ayuntamiento de Málaga. Su llegada a la Casona del Parque se produjo en circunstancias convulsas, ya que Bendodo fue el concejal que sustituyó al malogrado José María Martín Carpena, asesinado por ETA en el verano del año 2000. Entonces su juventud era casi insultante, 26 años. Se había afiliado con 22.

Bendodo presume de su relación con Joaquín Ramírez. Siempre ha sido su ´protegido´, palabra que no suena bien en política pero que no tiene por qué tener connotación negativa. Antes al contrario, fue Ramírez quien avaló con su firma el formulario de afiliación del joven Bendodo. Le ha asignado la coordinación en Málaga de las dos últimas campañas electorales y le nombró secretario general del partido el año pasado. Ahora le aúpa a su propio puesto, o mejor dicho, al cargo que va a dejar en breve.

En el Ayuntamiento de Málaga, Bendodo se ha mostrado siempre como uno de los ediles con más proyección pública, tal vez por ser responsable de unas áreas -Deportes y Turismo- muy agradecidas y que rara vez generan malas noticias. Joven valor del partido pero veterano ya en el albero de la política, Bendodo goza de predicamento también en Sevilla, donde hoy se toman las decisiones. Ramírez lo sabe muy bien.