LA CRÓNICA DE ALFONSO VÁZQUEZ

De la incultura como principal ´acento´ de algunos políticos

Alfonso Vázquez

Cuando el andaluz Antonio de Nebrija presentó la primera gramática española, en tiempos de los Reyes Católicos, las primeras críticas le llovieron, no por su innovador trabajo sino por su acento. Un colega se preguntó cómo podía ser experto en la materia una persona que no pronunciaba correctamente (el tiempo no le ha dado la razón).

Cinco siglos más tarde, la diputada catalana Montserrat Nebrera se ha agarrado a este falso tópico para criticar la labor de una ministra malagueña, centrándose en su acento, en lugar de en su trabajo.

La crítica de Nebrera evidencia que la ignorancia, además de atrevida, puede abrirte las puertas del los parlamentos.

De haber tenido más inquietud intelectual, hubiera averiguado que el andaluz, lejos de ser un chiste, es una evolución del castellano que aparece en Sevilla entre los siglos XIV al XVI y que se consolida en el XVIII.

La repoblación de Andalucía (a Málaga, aunque a algunos les pese, llegaron muchos sevillanos) y el prestigio de Sevilla durante el imperio de los Habsburgo lograron que esta evolución, además de en Andalucía, dejara su huella en regiones como Murcia, Extremadura, Castilla-La Mancha o Canarias. Por otro lado, a raíz de la colonización americana y el gran número de conquistadores de la zona, este ´castellano moderno´ pasó al Caribe y al interior del ´nuevo continente´. Así que la inmensa mayoría de los hispanohablantes, y son 400 millones en el mundo, hablan un español que ´desciende´ de ese ´acento de chiste´, como lo califica Monsterrat Nebrera. Es más, su influencia sigue creciendo y algunos lingüistas ya aprecian su huella en Madrid y el País Vasco. Mucho me temo que si esta diputada retrógrada no lo ´remedia´, el castellano hablado en Cataluña y el catalán se verán ´tocados´ por algunos aspectos del habla andaluza que caricaturiza.

Durante la Dictadura de Primo de Rivera se consolidó la imagen folclórica y también tercermundista de Andalucía y la verdad es que el teatro de los hermanos Álvarez Quintero no ayudó precisamente a eliminar el tópico. Desde entonces, los andaluces tenemos este sambenito de ´salero´ y supuesta ´incorrección´ al hablar, palpables en las comedias de televisión y en el complejo de ´inferioridad lingüística´.

Como ya hemos comentado en algunas ocasiones, causa sonrojo que los medios de comunicación malagueños, incluido Canal Sur, tengan locutores que disfrazan su acento andaluz, como si fuera un ´escollo´ para comunicarse con corrección y claridad.

Mientras los políticos y los medios de comunicación andaluces sigan con este complejo, continuarán las demostraciones de incultura como la de esta diputada. Al menos, Javier Arenas y Francisco de la Torre, del mismo partido, le han respondido como se merece.

Ya va siendo hora de reconocer la belleza, la dignidad y la importancia del habla andaluza en la historia del español y responder a tanto ignorante.

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