SUCESOS

Condenado un joven a 18 años de cárcel por matar a otro en un bar de Marbella

EUROPA PRESS

La Audiencia Provincial de Málaga ha condenado a 18 años de prisión por el asesinato de un joven e intentar matar a un amigo de éste a los que se acercó por la espalda tras una disputa iniciada en el interior de un local en el núcleo poblacional de San Pedro de Alcántara, en la localidad malagueña de Marbella.

Los hechos sucedieron, según la sentencia a la que tuvo acceso Europa Press, en septiembre de 2006 cuando la víctima estaba en un bar de dicha localidad con dos amigos y entró el acusado, quien tropezó con el joven de 29 años de edad, iniciándose entre ambos una discusión en la que la víctima dio una bofetada al procesado.

Entonces, el acusado fue a su casa, cogió una navaja de grandes dimensiones y regresó al local "con la intención de dar muerte" al joven, al que se acercó por la espalda "sin darle posibilidad" de defensa y le clavó en el abdomen la navaja. Se produjo un forcejeo entre ambos, en el que el procesado agredió de nuevo a la víctima.

Así, según la resolución de la Sección Octava, las heridas del abdomen afectó a la arteria aorta, colon, hígado y pulmón izquierdo, lo que le ocasionó la muerte el día siguiente en el hospital Clínico, donde fue trasladado en helicóptero, tras ser intervenido de urgencia en el hospital Costa del Sol de Marbella.

Asimismo, el acusado se acercó, también por la espalda, a un amigo del fallecido y le dio un pinchazo en el muslo derecho, tras lo que lanzó, ya de frente, el arma contra el pecho con la intención de causarle la muerte, aunque éste logró parar la navaja con las manos, impidiendo que le llegara al cuerpo.

Tras estos hechos, el procesado se fue a casa y luego se dirigió con su madre a las dependencias de la Policía Local, en un momento en el que aún no había diligencias abiertas, aunque se tenía conocimiento de los apuñalamientos. Éste declaró que cogió un cuchillo con la intención de asustar a los otros jóvenes, pero que "se le abalanzaron para agredirle, por lo que los apuñaló".

Según se declara probado, el procesado padece un trastorno límite de la personalidad, con rasgos de inestabilidad emocional, intolerancia a la frustración e impulsividad. Debido a ello y al alcohol ingerido, tenía levemente afectadas sus facultades y supone una atenuación de la pena.

Se le condena por un delito de asesinato, tomando como pruebas la propia declaración del acusado, aunque niega que quisiera acabar con su vida; y de varios testigos; y de otro de homicidio en grado de tentativa en la persona de uno de los amigos del fallecido. Además, tendrá que pagar una indemnización de 250.000 euros.

El Tribunal insta a que se deduzca testimonio para que se investigue por un juzgado si un testigo pudo cometer un delito de encubrimiento, a raíz de las manifestaciones que hizo en el juicio sobre que el acusado le entregó el arma homicida para que la guardara tras perpetrar el delito.

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