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Tribus urbanas. En el estilo está la diferencia

rocío p. llamas. Málaga

Los motivos pueden ser muy variados: llamar la atención, sentirse parte de un colectivo, afrontar y adaptarse a una etapa vital o básicamente la pura convicción. Las tribus urbanas han existido y seguirán existiendo y todos, en algún momento de nuestra existencia, hemos formado parte de ellas. Otra cosa es perpetuarse, mantener la fidelidad al movimiento. Málaga, por su gran crecimiento y aperturismo, es cada vez más permeable a estas subculturas juveniles. Un vistazo a pie de calle es más que suficiente para comprenderlo.

Ni siquiera hace falta adentrarse en barrios periféricos, locales oscuros o salir por la noche para ver a góticos, emos, hippies, indies, raperos, rockers, heavys o incluso lolitas. La ropa distingue a una tribu de otra aunque en la actualidad la mayoría se influye mutuamente y los límites se difuminan a favor de la propia personalidad de cada individuo.

La edad de iniciación a una tribu urbana suele ser temprana. A los trece años muchos adolescentes ya apuntan maneras de hacia dónde se dirige su estilo de vida y, aunque muchos se quedan en el camino, un número importante lo convierte en su seña de identidad.

La Plaza de la Marina y calle Larios son el punto de encuentro de muchas de estas tribus que protagonizan coloridos desfiles improvisados. Más allá de eso, la gran mayoría no dispone de bares y discotecas que se adapten a sus indumentarias, estilos y ritmos vitales.

Pero nadie dijo que fuera fácil. Ni barato. Los góticos y los emos cuentan con tres tiendas exclusivas donde encontrar los más variados modelos de ropa y bisutería: El Callejón del Infierno, Blue Poison y Tiberio. "La ropa sale cara porque la traemos del extranjero (Alemania, Inglaterra y EEUU) y los tejidos con los que trabajamos son el raso, el tul, cuero, pvc y vinilo", afirman Loly Garrido y Francisco Contreras, dueños de El Callejón. Mario Zabala, encargado de Tiberio, lo confirma: "En España existen pocas empresas que se dediquen a hacer este tipo de ropa". Todo el tema de la muerte que rodea a los góticos debe ser matizado en este punto. "Dentro del gótico existen muchos estilos diferentes y no por vestir así se es satánico. Como en todas las cosas existen los extremos", añade Zabala.

Rosa Embiz, una de las dueñas de Blue Poison, destaca en el caso de los emos la vestimenta no es tan drástica como los góticos y de ahí que no pueden confundirse entre ellos. "Los emos mezclan colores más llamativos con el negro y buscan las rayas en la ropa".

Estilo étnico. Una de las tribus urbanas que más se han generalizado en los últimos tiempos es la que agrupa a los hippies, indies y todo lo relacionado con lo étnico. Más aún cuando los pantalones afganos fueron la revolución del verano pasado. Arabesque Mini es una de las tiendas étnicas más especiales del centro de Málaga donde su diseñadora y encargada, Merete García, afirma que los más pequeños ya se apuntan a este estilo. "La ropa de niño tiene mucha influencia tibetana, con muchos colores llamativos y tejidos naturales".

Quien entra en la tienda sobre todo busca comodidad al vestir y ropa más suelta, además este estilo ya no está tan mal visto como antes y cualquiera decide comprarse unos pantalones afganos", explica García. Los básicos del estilo étnico en cuanto a complementos son las joyas de plata labrada y los bolsos tipo sacos de gran tamaño. Para ellos, los pantalones sueltos donde las rayas o los colores lisos imperan.

Quizás, uno de los estilos que menos se aprecia aún en Málaga es el de las Lolitas, no por ello menos importante. Este estilo surge en Japón a mediados de los 80 muy influenciado por el manga o el anime. Sin embargo, las chicas que visten así no imitan a ningún personaje japonés. Las claves para ser Lolita: faldas pomposas con mucho tul, cinturas estrechas, mangas de globo y cuello de bebé y unos extraños zapatos en forma de balancín denominados Rockin Horse. Los complementos: calcetines largos, diademas y lazos, parasoles y bolsos con forma de corazón. El conjunto, sale caro. Una media de 150 euros por vestido, comprado a través de internet y traído directamente desde Japón. "Muchos nos confunden con góticas y nuestro estilo no tiene nada que ver, porque la Lolita está inspirada en la época victoriana. Además dentro de cada lolita existen variaciones como la ´lolita sweet´, donde se mezclan colores pastel o el ´punk lolita´ donde se mezclan los cuadros escoceses y botas más grandes", afirma NiKi. Este estilo trae consigo el gusto por la cultura japonesa, su música y sus series.

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