TRIBUNALES

El acusado de apuñalar once veces a su pareja en Marbella dice que la quería "con locura"

EUROPA PRESS

El hombre acusado de intentar matar a su pareja sentimental, a la que presuntamente asestó once puñaladas, declaró hoy que la quería "con locura" y que "nunca" quiso hacerle daño, porque era la persona "que más he querido en la vida". Explicó que ella se quería separar y él no y que la noche de los hechos se volvió "loco perdido".

La Sección Octava de la Audiencia malagueña juzgó hoy a este hombre, para el que la Fiscalía pide nueve años y medio de prisión por un delito de homicidio en grado de tentativa en la persona de la que había sido su compañera sentimental durante 15 años, la cual dijo en la vista oral que "se me había terminado el amor con él", aunque seguían viviendo juntos en un piso de Marbella (Málaga).

El acusado aseguró que antes de que ocurrieran los hechos ya había alquilado un piso porque ella se quería separar. "Yo había intentado arreglarme con ella y le perdoné los siete años que llevaba con otro", aseveró el hombre, quien insistió en que en ese momento estaba en tratamiento por depresión, lo que la víctima y su hijo negaron en el juicio, que quedó visto para sentencia.

El hombre explicó que el día de los hechos, el 3 de febrero de 2008, estaba en la casa, la mujer llegó a las 04.30 horas, le pidió explicaciones de dónde había estado y ella le atacó primero, arañándole los ojos, tras lo que "me volví loco y me lie a pegar puñaladas a ella y a mi" con una navaja, añadió.

"Las pastillas que tomaba no me hacían nada y yo siempre había pensado en hacerme daño a mi, nunca en la vida en hacerle daño a ella, que era la persona que más quería", reiteró el acusado, quien, según los policías locales que acudieron al lugar, se lamentó de lo ocurrido, diciendo: "Dios mío, qué es lo que he hecho, cómo pude llegar a hacer esto".

Por su parte, la víctima negó que atacara al acusado al llegar a casa y explicó que cuando llegó éste estaba "raro" y le dijo "esto se va a acabar", le pegó un puñetazo y comenzó a darle puñaladas. Tras esto, le pidió agua, "para que me dejara", momento que aprovechó para ir al cuarto de su hijo que dormía para que pidiera ayuda.

Por último, los forenses testificaron que de no haber sido atendida la mujer rápidamente por los servicios sanitarios podría haber sufrido daños mayores y haber muerto, ya que presentaba 11 heridas por arma blanca, traumatismo craneoencefálico y traumatismo facial.

Tanto el fiscal como la acusación particular mantuvieron sus acusaciones; mientras que la defensa, además de mantener sus conclusiones provisionales añadió una atenuante de reparación del daño, ya que había pagado lo reclamado como indemnización para la víctima, que ascendía a 20.000 euros.

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