Sucesos

Superviviente de los altibajos de la construcción y padre ejemplar

Instalaciones. Una de las naves de Fernando Moreno.

Instalaciones. Una de las naves de Fernando Moreno. / P. Sánchez

p. sánchez / i. aljaro. Málaga

Los que hablan de esta crisis como la peor de todas quizás ya no recuerdan la que sufrió el sector de la construcción a mediados de los ochenta. Y de los noventa. Los profesionales más veteranos no se han olvidado de aquellos años y coinciden en definir a Fernando Moreno como un superviviente de los altibajos que ha sufrido este sector en las últimas décadas.

El empresario, cuyo cadáver fue hallado sin vida ayer en una finca de su propiedad, comenzó hace más de cuarenta años como transportista de materiales de construcción. Con sólo un camión. Trabajó en la construcción de Puerto Banús y en la Plaza de Toros de Nueva Andalucía.

Poco a poco fue ascendiendo en el negocio hasta convertirlo en una de las empresas más conocidas en el municipio marbellí, con una flota de hasta cuarenta hormigoneras. "Era un hombre muy serio, pero de los que daban la mano, y eso valía más que todos los contratos que se pudieran firmar", añaden las mismas fuentes.

Empresario y padre. "Era una persona entrañable, de ésas que te gustaría tener para siempre como cliente o proveedor y, por supuesto como amigo", coinciden quienes trabajaron con él. "Nunca tenía un mal gesto y supo transmitir sus conocimientos sobre la construcción a sus hijos. Además de buen empresario se veía que era un buen padre", afirman emocionados.

Sus cinco hijos se habían hecho cargo del negocio familiar, "aunque él nunca se ha retirado completamente; de hecho la mañana del miércoles que desapareció había ido a inspeccionar la flota de hormigoneras", apuntaron.

Quienes lo conocieron insistían ayer en definirlo como "un buen emprendedor que supo aprovechar los terrenos que heredó de su padre -entre Marbella y San Pedro Alcántara- para crear su propia empresa de materiales de construcción".

Pero no se quedó ahí. Moreno Espada supo adaptar la empresa a los cambios que exigía la sociedad diversificando su oferta. La Confederación de Empresarios de Málaga lamentó ayer la pérdida de este hombre y su secretario general, Javier González de Lara, confió en que pronto se aclaren las causas de su fallecimiento.

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