De ermita a convento austero

Según explica Francisco Rodríguez Marín en ´Málaga conventual´, en 1524 se aprueba la petición de los cofrades de San Telmo de construir una ermita a San Andrés en la playa del Perchel, utilizada por los pescadores. En 1568 es aprobada la construcción de una iglesia, que será cedida a los carmelitas descalzos junto a un huerto en 1584, fecha fundacional. El convento primitivo coincide con la manzana formada por las calles La Serna, Cuarteles, Eslava y Callejones del Perchel, de la que la mitad eran huertas. De este convento primitivo se conservan la iglesia y el claustro, de tres plantas de altura.

El edificio se realizó según las normas carmelitas de sencillez, falta de ornamentación y pobreza de materiales, aunque pueden verse arcos ciegos de medio punto sobre ménsulas como discreto detalle estético.

En 1836 los carmelitas descalzos fueron expulsados por la desamortización de Mendizábal, aunque la iglesia del Carmen permaneció abierta al público.

En cuanto a las dependencias del convento, fueron vendidas a particulares y se utilizaron como fábricas, almacenes y nuevas viviendas, que se construyeron encima de la huerta.

En 1841 los vecinos del Perchel pidieron al Ayuntamiento que conservara la iglesia por su vinculación con Torrijos (que pasó sus últimas horas en el convento del Carmen junto con sus 49 compañeros) y al año siguiente pasó al Estado. En 1884 es derribada la tapia del compás de la iglesia, en estado de ruina y es sustituida por una verja.

Como curiosidad, Rodríguez Marín informa de que los carmelitas descalzos no regresaron a Málaga hasta el año 1943. En los años 60 construyen la iglesia de Stella Maris en la Alameda Principal y el convento, sobre la iglesia.

La playa de San Andrés, en honor del apóstol pescador, recuerda esa ermita primitiva que a finales del siglo XVI daría lugar al Convento de San Andrés o del Carmen, hoy una joya abandonada en El Perchel.