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San Pedro despide al empresario secuestrado que apareció muerto

Despedida. El ataúd de Moreno Espada, ayer, a su salida de la iglesia donde se ofició el funeral.

Despedida. El ataúd de Moreno Espada, ayer, a su salida de la iglesia donde se ofició el funeral. / P. S.

princesa Sánchez. Marbella

La perplejidad fue unánime ante el ataúd de Fernando Moreno Espada, el empresario sampedreño de 76 años que fue secuestrado el pasado miércoles y que en apenas 24 horas fue hallado muerto en un paraje ubicado entre los municipios de Marbella e Istán. No era fácil encontrar lágrimas ayer entre las cerca de 2.500 personas que se concentraron en la plaza de la Iglesia de su natal núcleo poblacional donde se ofició el funeral. Pero sí miradas tristes de extrañeza y rabia.

"Es injusto", susurraban algunos al paso de la comitiva fúnebre, que encabezaban su viuda y sus cinco hijos. A hombros de un luto riguroso paseó el cadáver de Moreno Espada desde la avenida Marqués del Duero, donde vivía y fue velado, hasta la iglesia de San Pedro Alcántara, donde con dificultad se abrió paso hasta entrar en el atestado templo.

El párroco Alfredo López Barranquero fue el encargado de oficiar una misa de algo más de media hora que comenzó a las 12.30 horas y en la que se podían contar por decenas las coronas de flores que arropaban el féretro. Entre los rostros más conocidos se encontraban algunos miembros del gobierno municipal del PP, como el concejal de Medio Ambiente, Antonio Espada, primo del fallecido.

Tras el sepelio, los restos mortales de Moreno Espada fueron conducidos a pie hasta el cementerio sampedreño, acompañados por los miles de asistentes congregados en su despedida para recibir sepultura.

Investigación. El entierro del empresario no ha cerrado las numerosas incógnitas que giran en torno a su muerte y de las que públicamente apenas se conocen algunos datos oficiales, después de que la instructora del caso decretara el secreto sumarial.

El resultado de la autopsia practicada reveló que la víctima no murió por causas naturales, a pesar de que el cadáver no presentaba aparentemente ningún signo de violencia, según indicó el subdelegado del Gobierno en Málaga, Hilario López Luna, quien sí confirmó que se había tratado de un secuestro que, desde que se denunciara el pasado miércoles por parte de la familia, había originado un "despliegue policial impresionante" para intentar encontrar a los presuntos secuestradores, que pidieron dinero a la familia para un rescate.

López Luna explicó que el mismo día de la desaparición, los secuestradores realizaron varias llamadas a la familia y que, en la última de ellas, anunciaron al hijo del raptado que su padre estaba en una caseta de agua en la zona de Ojén, aunque no determinaron su lugar exacto, por lo que la policía tardó un poco más en encontrar el cadáver.

De acuerdo con la versión de los familiares, el rescate exigido disminuiría desde los dos millones de euros reclamados inicialmente hasta los 600.000, de los que finalmente los secuestradores "no llegaron a ver ni un solo euros".

Finalmente, sobre las tres de la tarde del jueves, fue localizado el cuerpo sin vida de Fernando Moreno en una caseta situada en la carretera de Istán, precisamente en una finca conocida como Arroyo Montero y que era de su propiedad y además se ubica cerca de la casa en la que había nacido. Según confirmaron fuentes de la investigación, la víctima apareció con las manos atadas a una cañería de la caseta, la boca tapada con cinta adhesiva, un pasamontañas y el cuello también atado a otra cañería.

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