bienestar social

El servicio de mediación de la Junta resuelve el 80% de los conflictos entre padres e hijos

matucha garcía. Málaga

Agresiones verbales e incluso físicas, incumplimiento de las normas básicas de convivencia, dificultades para la comunicación o problemas escolares. La adolescencia es una compleja etapa de transición en la que el individuo pasa en poco tiempo de la infancia a la edad adulta. La convivencia entre padres e hijos en no pocos casos se vuelve insoportable.

Las situaciones pueden llegar al límite. Peligra la cohesión y fortaleza del núcleo familiar y se desestructuran los vínculos existentes. Casi un centenar de familias malagueñas acudieron en el pasado año, vencidas y superadas por la situación, al servicio de mediación existente para estos casos de la Junta de Andalucía. Los resultados obtenidos han sido más que satisfactorios. Ocho de cada diez litigios (84%) acaban en acuerdo entre padres e hijos. Todas las partes negocian, se comprenden y ceden parcelas desde el respeto y no desde el ataque, explica Lola Navas, psicóloga y mediadora de la Asociación ´La Mitad del Cielo´ (952 60 27 07) que gestiona este servicio de la Consejería para la Igualdad y Bienestar Social. Es el incumplimiento de las normas de convivencia el mayor problema que se aborda en estas sesiones de mediación.

No es gratuito tampoco el hecho de que en el 64,9% de estos casos los progenitores estén separados. "Una incomunicación de los padres provocada por la situación de ruptura de la pareja agrava la relación y la convivencia con el menor", resalta la experta.

Se trata de adolescentes de 11 a 18 años, pero la edad ´estrella´ sigue siendo de los 14 a los 16. Del total el 56% han sido mujeres y el 44% hombres. Un aspecto "preocupante" detectado en los últimos años y que se está agudizando, resalta Navas, es la normalización y la aceptación por parte de estos jóvenes de la violencia, tanto verbal como física hacia sus iguales, su familia o su profesor. "No ve fuera de la lógica faltarle el respeto a un profesor, gritarle o levantarle la mano", incide.

La psicóloga destaca que estos adolescentes son muy receptivos cuando se trabaja con ellos sin ataques y sin infravalorarlos. La actividad de este pasado año (el programa es anual y comprende de octubre de 2007 a octubre de 2008) ha estado claramente marcada por un aumento de la colaboración con los juzgados.

Conflicto familiar. El programa de mediación familiar e intergeneracional de la Junta como su nombre indica aborda además los conflictos entre familia causados por una separación, un divorcio o, en definitiva, la ruptura de una pareja, siempre que haya un menor implicado. El número de casos tratados ha sido menor, 63, y el grado de acuerdo también es muy inferior. Las partes han llegado a un consenso en la mitad de los casos (53,1%).

Sin embargo, en el resto (46,9%) se ha interrumpido la mediación por diversas causas: la no aceptación de forma reiterada de las normas del programa o la detección de algún problema de drogas, alcohol o salud mental. En un 9% sí se abandona o se suspende el proceso para utilizar la vía judicial.

El 74,6% de las atenciones son posteriores a la separación o el divorcio, existiendo ya un convenio regulador o que no se cumple o que no satisface a las partes. La patria potestad (educación del niño), el régimen de visitas y la guarda y custodia acaparan el 62% de los problemas planteados. Le sigue la pensión alimenticia (25%).

En este apartado, Lola Navas destaca también la "estrecha" colaboración que se ha mantenido en este pasado año con los tres juzgados de familia. El resultado de la mediación se plasma en un proyecto de entendimiento parental que ambos padres son libres de formalizar jurídicamente si lo desean o no.

Casos. Los casos llegan principalmente derivados a través de otros servicios (salud mental, centros de salud, servicios sociales). Concretamente en un 62,3%. Mientras, el 37,7% acuden por iniciativa propia.

También se ha observado un importante progreso del hombre en la demanda de este recurso.

Este programa de la Junta de Andalucía busca precisamente mediar en estos conflictos intentando que las partes eviten el uso de la vía judicial y velando en todo momento por el bienestar de los menores implicados.

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