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Los chinos festejan el nuevo año en Málaga

Restaurante. Nong Chen brinda por este nuevo año junto a sus compañeros de trabajo, entre los que se encuentra el joven malagueño Damián.

Restaurante. Nong Chen brinda por este nuevo año junto a sus compañeros de trabajo, entre los que se encuentra el joven malagueño Damián. / Gregorio Torres

rocío p. llamas. Málaga

"Xinnián kuàilè" o lo que es lo mismo: "Feliz año nuevo". La comunidad china afincada en Málaga celebró la noche del domingo 25 al 26 de enero la llegada del año 4707, el del Buey. Los ciudadanos orientales dijeron adiós al año de la Rata y afrontan los futuros 12 meses con el tesón y el trabajo duro que caracterizan a este bóvido.

Para entender las fechas cambiantes de la festividad china y su larga duración, hay que trasladarse a su calendario, basado en una combinación de los movimientos de la Luna y el Sol. Así, este año los festejos comienzan el primer día de luna nueva (26 de enero) y finalizan con la luna llena (9 de febrero).

Málaga alberga 4.594 ciudadanos chinos (según datos del Ministerio de Trabajo e Inmigración en septiembre de 2008). La Opinión ha hablado con una de estas familias para conocer las tradiciones que caracterizan la bienvenida al Nuevo Año y que, según comentan, "son completamente diferentes a la celebración en España". Así lo explica Nong Chen, propietario de un restaurante chino en la capital.

Entrar en el Nuevo Año supone una fiesta mucho más familiar para los chinos, en la que todos los parientes se reúnen en una casa para disfrutar de un enorme banquete repleto de platos típicos de la zona. El color rojo de los farolillos es el adorno típico de los asiáticos en estas fechas y las danzas del dragón y el león se pasean por las calles para amenizar la celebración.

Nong procede de la zona sur de China, en la provincia costera de Fujian, frente a la isla de Taiwan. "El banquete está compuesto por todo tipo de marisco, acompañado de una variante de tubérculo denominada Yu, que es una patata china más terrosa y de sabor dulce", detalla Nong Chen. Los comensales beben el tradicional licor de arroz, Kao Liang, que tiene una graduación nada desdeñable (62º).

Tras la copiosa comida, los mayores de la familia regalan a los niños un pequeño sobre rojo, denominado Lai See, con dinero para desear buena suerte en el año que entra. Tras esto, toda la familia se queda hasta altas horas de la madrugada jugando a las cartas y al tradicional Mahjong.

"Llevo en España trece años y aunque toda mi familia está conmigo, se echa mucho de menos pasar el Fin de Año en China sobre todo por mis padres, que son más tradicionales", afirmó Nong.

Otra de las diferencias entre Occidente y el país asiático es el primer día del año. Mientras que en países como Italia comer lentejas es una tradición que busca la prosperidad, los ciudadanos chinos optan por una sopa de fideos de arroz con verduras y caldo de cerdo. Nong no deja de lado sus orígenes y esta noche celebrará en su restaurante un gran banquete con su familia y amigos para festejar el Año del Buey.

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