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La policía busca a tres personas por la muerte del irlandés

Benalmádena. Un vehículo con tres personas se acercó a la víctima, que recibió ocho impactos de bala.

Benalmádena. Un vehículo con tres personas se acercó a la víctima, que recibió ocho impactos de bala. / Efe

INMA ALJARO. Málaga

El ajuste de cuentas entre clanes rivales dedicados al tráfico de droga es, por ahora, la principal hipótesis mantenida por los agentes de la Policía Nacional que investigan la muerte de un irlandés de 30 años en el municipio de Benalmádena. Lo confirmó ayer el subdelegado del Gobierno en la provincia, Hilario López Luna, quien además indicó que hay al menos tres personas implicadas en el suceso que se encuentran en paradero desconocido.

Respecto a la identidad de la víctima, el subdelegado tan sólo indicó que estaba siendo investigada por los agentes, aunque ayer la ediciones digitales de varios medios de comunicación irlandeses daban por hecho que se trataba de Richard Keogh, un conocido traficante de drogas que se refugió en la Costa del Sol a finales de 2007 después de que intentaran matarlo en frente de su casa, cuando residía en Co Meath.

Ocho impactos. En aquella ocasión le dispararon en cinco ocasiones y dos balas le alcanzaron: una en el hombro y otra en el brazo. El sábado pasado fueron ocho los proyectiles que impactaron en su cuerpo, según afirmó ayer López Luna.

Cuando los servicios de emergencia sanitaria acudieron al lugar del asesinato, junto al hotel-casino Torrequebrada del citado municipio, la víctima ya había fallecido.

A doscientos metros de allí, la policía encontró el vehículo que supuestamente habían empleado los agresores para alcanzar a Richard Keogh. La víctima caminaba en esos momentos -pasadas las once de la noche- cuando le dispararon. Un vecino que oyó los tiros avisó al 112 y varias patrullas policiales se desplazaron hasta el lugar para investigar lo ocurrido. El testimonio de los testigos les permitió dar esa misma noche con el coche, cuya inspección podría facilitar la identificación de los criminales.

En el punto de mira. El alcalde de Benalmádena, Javier Carnero, explicó ayer que el joven asesinado regentaba un pub en el municipio desde hacía un año aunque no confirmó si residía en la localidad.

Según la prensa irlandesa, Keogh estaba considerado como una pieza clave en el tráfico de droga por sus numerosos contactos internacionales, especialmente en España y en Sudamérica y estaba en el punto de mira de la Garda irlandesa desde hacía varios años.

Los agentes de la Garda descartan la conexión entre la muerte de Keogh y la espiral de asesinatos desatada en los últimos años entre clanes irlandeses rivales y fuentes de la policía irlandesa, citadas por los rotativos de aquel país, sostienen que el móvil del crimen estaría relacionado con hechos recientes ocurridos en la Costa del Sol.

No obstante, este último asesinato se suma a la serie de crímenes perpetrados en la Costa del Sol -que ha recuperado el sobrenombre de Costa del Crimen en los medios internacionales- contra delincuentes irlandeses o británicos que han elegido esta zona para huir de la justicia de su país o de las amenazas de los grupos rivales mientras siguen en el negocio del narcotráfico.

Al tiroteo que acabó con la vida de Paddy Doyle a principios del año pasado -atribuido a mafias rusas con las que el joven gángster se relacionó- se sumó el asesinato de un británico en Puerto Banús cuando se dirigía a su coche el pasado mes de septiembre; un mes antes, otros dos británicos resultaron heridos de bala en la discoteca Nikki Beach, también en Marbella, y en agosto uno de los miembros del clan de John Gilligan (uno de los más poderosos en Irlanda) fue tiroteado en un restaurante de Nueva Andalucía (Marbella).

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