Criminología

La oreja del delito: Una prueba tan válida como la huella digital

Oreja. Distribución del órgano externo de la audición.

Oreja. Distribución del órgano externo de la audición. / Efe

La opinión / EFE. Málaga/Madrid

Ojo con las orejas. Si los métodos más conocidos para esclarecer delitos se basaban en huellas digitales, restos de ADN y las pruebas más evidentes y pintorescas que dan luz a un caso, a partir de ahora los potenciales delincuentes tendrán que poner especial atención con el órgano externo de la audición, también conocido como aurícula o pabellón. Y es que tener las orejas grandes, pequeñas, más o menos redondas u ovaladas, puede delatar hasta al más listo de los cacos de guante blanco. Porque cada oreja es única. Tanto es así, que investigadores de la Universidad de Alcalá de Henares desarrollan un proyecto que incluye la creación de un manual con fotos con los diferentes tipos de orejas, sus características y su frecuencia entre la población española con el objetivo de que la Guardia Civil y la Policía Nacional puedan esclarecer delitos.

La profesora de Antropología Física de la Universidad de Alcalá de Henares, Virginia Galera, asegura que los primeros pasos de este trabajo se ha basado en la evaluación de las necesidades de la policía científica y ver qué caracteres de la oreja se tenían que destacar para, posteriormente, comprobar su frecuencia. "Se ha establecido un protocolo para la identificación científica de esta parte del cuerpo, que se ha consensuado entre las tres partes implicadas en el proyecto y que servirá como una ´hoja estandarizada´ con las diferentes características y de utilidad en la identificación forense", apunta la antropóloga. De hecho, existen formas de orejas triangulares, ovaladas, redondas y rectangulares que analiza e integra una clasificación de otros muchos caracteres de esta parte del cuerpo, como el lóbulo, el hélix (repliegue semicircular que conforma el borde externo del pabellón auricular), el antehélix o el trago.

Imágenes. Por otro lado, Galera señala que actualmente hay muchos delitos de los que se obtienen imágenes de las personas que los han cometido, por ejemplo, a través de las cámaras de un banco. "Cuando se obtienen estas imágenes, una de las primeras cosas que hace la policía es identificar aquellas partes del cuerpo que quedan visibles; en el caso de que se observe la oreja se aplicará el protocolo con los distintos caracteres, lo que permitirá identificar al delincuente", apunta la investigadora. Así, se pueden tener en cuenta caracteres, como el lóbulo de la oreja hendido, que tiene frecuencias bajas, y lo presenta el 1,92% de la población española, y que por tanto ayudan a establecer la identificación de criminales en el delito, porque "cuanto menos frecuente es una característica de una oreja, más identificativa es ésta".

De la misma manera, cuando se obtiene una imagen de un robo y en ella se ve la oreja del individuo, la policía podrá compararla con las instantáneas de las orejas de los sospechosos de ese delito y ver así qué caracteres de esa parte del cuerpo se repiten en una y otra fotografía. Esto servirá, en un primer paso, para descartar a los sospechosos que no tengan una oreja similar al individuo que, según la imagen, en este caso del banco, ha cometido el delito.

Tracking Pixel Contents