Los dos detenidos por el crimen de la calle Pacífico reconocieron ante el juez de guardia el pasado sábado haber participado supuestamente en el brutal linchamiento que acabó con la vida de Miguel Berlanga, de 37 años y natural de la localidad de El Burgo.

Ambos son marroquíes, aunque uno tiene la nacionalidad española. Los dos se encontraban en la calle La Hoz el pasado miércoles, 27 de mayo, poco antes de las 23.00 horas, ya que acababan de ver la final de la Liga de Campeones.

Uno de ellos le relató al juez que "alguien gritó ´al ladrón" y, justo en ese instante, observaron cómo un grupo de individuos perseguía a un hombre. Así, se sumaron a la persecución. El primero de ellos contó que el agredido se vio acorralado, por lo que se dio la vuelta y esgrimió dos cuchillos para defenderse. En ese momento, admitió en presencia del magistrado "haber arrojado una piedra, dado que le hizo frente". También aclaró que "la misma le dio en la cabeza" y que la víctima cayó al suelo, momento que "aprovechó para marcharse del lugar", subrayaron las fuentes judiciales consultadas.

Ahí, por tanto, sitúa el punto y final de su participación en los hechos. El otro, sin embargo, explicó en su comparecencia en el Juzgado de Guardia que "le dio una patada o dos cuando el hombre ya estaba en el suelo", añaden las mismas fuentes.

Por tanto, ambos reconocen haber tenido cierto grado de participación en la pelea, aunque insistieron en varios lances de la declaración en que "no tenían intención de matar".

El interrogatorio estuvo encaminado en todo momento a dilucidar si más personas intervinieron en la brutal paliza, algo que, según las fuentes consultadas, "parece bastante claro". La policía, siguiendo esa hipótesis, no descarta nuevos arrestos de forma inminente, como adelantó ayer el propio subdelegado del Gobierno en Málaga, Hilario López Luna. Éste insistió en que los autores materiales son los dos magrebíes capturados.

Otro extremo que quedó claro en la declaración es que no se consideran armas homicidas ni el martillo carpintero ni las navajas que se apuntaron inicialmente. De hecho, ni se mencionaron en la comparecencia. En principio, se calificaría como tal la piedra que golpeó en la cabeza del agredido, aunque está por ver si a este objeto contundente se le sumarán más adoquines.

Los dos están en prisión preventiva imputados por un presunto delito de homicidio. Según la policía, Miguel Berlanga, casado y con dos hijos, trató de atracar en un salón de juego de la calle La Hoz, aunque no pudo consumar sus intenciones al verse sorprendido por un empleado.

Asustado, emprendió una fugaz huida que terminó tan sólo un kilómetro después, a la altura del número 20 de la calle Pacífico, cuando la turba le dio alcance y se ensañó con él. Una niña que estudiaba en su cuarto observó la escena a través de la ventana, se lo dijo a sus padres y éstos avisaron al 061 y a la Policía Local. Acto seguido, se personó también la comisión judicial. Los sanitarios sólo pudieron certificar la muerte del sujeto que, según la autopsia, falleció de un fuerte golpe en la cabeza con un objeto contundente, lo que encaja con la descripción que realizó ante el magistrado uno de los detenidos.

La Policía Nacional realizó una minuciosa inspección ocular de la zona, recogió huellas y restos biológicos e, incluso, solicitó a los establecimientos cercanos las grabaciones de las cámaras de seguridad, todo ello con el objetivo de establecer una secuencia lógica y coherente del suceso.

El hombre fue enterrado el viernes en el cementerio de El Burgo. Estaba casado con una subsahariana y tenía dos hijos. Recientemente buscó trabajo en Madrid sin éxito. Agobiado por problemas económicos, recurrió al intento de atraco para aliviar su economía, pero su inexperiencia le jugó una mala pasada. El Juzgado de Instrucción número 4 de Málaga se hará cargo del caso, después de que el número 10 tomara declaración a los arrestados.