¿Qué alternativa tienen los niños que no dan Religión en el colegio? Esta asignatura es de oferta obligatoria en los centros pero los padres tiene la posibilidad de elegirla o no. En la provincia de Málaga, unos 60.000 escolares están matriculados en lo que ahora se denomina clase de Atención Educativa Debida, pero que muchos ya conocen como la clase de la nada, porque la ley no regula qué contenidos se deben dar. Por el contrario, sí especifica qué no debe hacer. Esta situación crea un serio desconcierto en muchos padres y profesores.

Ni la LOE ni la LEA (Ley de Educación de Andalucía) determinan cómo llenar estas horas en las que la mayoría aún recibe clases de Religión. Se limita a decir que no se pueden impartir contenidos curriculares. Estos niños están obligados por ley a salir de la clase en la que los otros escolares dan Religión y trasladarse a una sala con un profesor que no habla de ninguna materia porque, de lo contrario, les colocaría en situación de ventaja con respecto a los alumnos que dan Religión. En teoría, tampoco se pueden recibir clases de apoyo o refuerzo. Otra cosa es la práctica, que depende de la programación que cada centro desarrolle de forma autónoma para evitar esta especie de limbo educativo.

Así lo explica José Luis García Guillén, director del CEIP Virgen de Belén y presidente de la asociación de profesores de Primaria de Andalucía. "En función del número de alumnos, el centro desarrolla una programación reglada pero, en ningún caso, se tiene a los niños de brazos cruzados", señala. Esta programación se basa en la transmisión de valores, formas de convivencia y de relaciones sociales, "que ya se dan de forma transversal en todas las asignaturas", añade.

Lagunas de la ley. Pilar Triguero, presidenta de la Codapa, indica algunas iniciativas interesantes en este sentido, como clubes de lectores, talleres de reciclaje de aceite para hacer jabón o huertos escolares. Pero también critica que se juegue al parchís, a las damas y a la oca, precisamente, por esas lagunas que presenta la ley. "Ese es el problema que nos provoca la Religión dentro del horario lectivo", señala Triguero en su defensa de la escuela laica. "Que se imparta como actividad extraescolar", añade la presidenta de las asociaciones de padres andaluzas.

Pero la Religión, según establecen los acuerdos entre la Iglesia y el Estado, es considerada una asignatura más, tan fundamental como pueden serlo las Matemáticas. Carmen Velasco, delegada de Enseñanza del Obispado de Málaga indica que "lo sensato y lógico sería que cada padre pudiera matricular a su hijo en la asignatura de Religión según su confesión, o en ninguna, si así lo desea, que las familias elijan lo que quieran". Velasco comparte la necesidad de que la asignatura alternativa para los que no quieran enseñanza religiosa se dote de contenido. "Hay que ser muy responsable para elegir Religión cuando la otra posibilidad es no hacer nada e irte a casa", señala.

Velasco critica que los centros programen la Religión o a primera o a última hora del día, "lo que facilita que el alumnado se vaya del centro, aunque la ley precise que no deben quedar sin tutela. "Es una razón que explica por qué, a medida que los niños crecen y suben de curso, la demanda por dar Religión se reduce", asegura Velasco.

Los desafíos a la ley, por tanto, parecen constantes. O no se da nada, o se dan clases de apoyo y refuerzo (que no se debería) o incluso se permite que los escolares abandonen el centro. Tanto CCOO como UGT apuestan por revisar esta clase de Atención Educativa Debida y programar algún tipo de contenido que no cree desventajas, como actividades con juegos didácticos o contenidos en valores "sin ninguna dimensión religiosa, como antes se hacía en las clases de ética", señala Teresa Blanca, secretaria de la Federación de Enseñanza de UGT en Málaga, aunque reconoce que el tema es "complejo".

José Fernández, secretario de Enseñanza de CCOO, cree que ahora la mayoría de los centros improvisa. "Siguen siendo minoría los alumnos que no dan Religión, pero tienen derecho a ocupar estas horas con una asignatura complementaria, que esté reglada y que tenga unos objetivos, para que ese tiempo no se pierda", concluye.