Después de más de cuatro décadas de reivindicaciones y protestas, el saneamiento integral de las aguas de la Costa del Sol parece haber dejado de representar una deficiencia histórica para convertirse en una cuestión de calendario. El problema, alejado durante años de la agenda de los políticos, empieza a avanzar hacia su resolución, aunque las fechas siguen sin determinarse. A estas alturas, pocos son los que confían en que esté solventado para 2012, como se fijó en primera instancia, y la propia Junta de Andalucía eleva ya el horizonte a 2015, año que la Unión Europea considera límite para completar los proyectos que separan la depuración del conjunto de los recursos hídricos de la zona.

En el seminario monotemático celebrado ayer en el hotel Monte Málaga, se volvieron a evidenciar los temores de la plataforma constituida para acercar posturas, a la que preocupa que la crisis pueda derivar en nuevos retrasos. Su coordinador, Salvador Vilches, incidió en que se trata de un asunto capital para los intereses de la Costa del Sol. "Si el turismo es la locomotora de la provincia, es inconcebible que las aguas no estén en perfectas condiciones", dijo.

Una inquietud que la Junta de Andalucía se encargó de disipar, al menos, sobre el terreno teórico. La delegada provincial de Medio Ambiente, Remedios Martel, aseguró que el saneamiento estará íntegramente perfilado en 2015 y tasó en 515 millones la inversión necesaria para aproximar el objetivo. Un dinero presumiblemente destinado a proyectos ligados al tratamiento de aguas y la construcción de nuevas estaciones depuradoras.

A este respecto se refirió Salvador Vilches, que, en su análisis, enumeró las iniciativas más perentorias para la consecución del objetivo. El representante del foro apuntó, en primer lugar, a la conclusión de las obras de la estación de Torrox, que están al ochenta por ciento, y de las correspondientes a la de Nerja y Málaga, que aún no han comenzado. Además, habló de la ampliación de las depuradoras de Estepona y Manilva y del sellado de la planta del Guadalhorce, extremo este último al que también aludió el secretario andaluz de turismo de CCOO, Gonzalo Fuentes.

Ambos coincidieron en poner de relieve las deficiencias que, en su opinión, presenta la infraestructura, que despide al Guadalhorce 2.000 litros de residuos por minuto y amenaza con perturbar el clima del Aeropuerto. "Solucionarlo costaría unos 20.000 euros y es completamente necesario para evitar malos olores y residuos", resaltó el sindicalista.