Su padre José Manuel, como su abuelo y su bisabuelo, luchaban en el mar para traer el sueldo a casa y su madre Antonia era conservera en una fábrica del Palo. Las playas del barrio envolvieron la infancia y adolescencia de Pepe Bornoy, nombre artístico de José Manuel Cuenca Mendoza (Málaga, 1942), que nunca pudo ir a un colegio pero suplió esta carencia con unas ansias enormes por aprender.

"Había un profesor que daba clases particulares y que andaba con dificultad, yo lo acompañaba, él se apoyaba en mí y asistía a las clases", recuerda. Las cartillas que los alumnos terminaban, el joven malagueño las aprovechaba: "las borraba con migas de pan".

Con esta educación, Pepe Bornoy se convirtió en un lector infatigable que compartió sus conocimientos con los demás: "Con 8 ó 9 años los sábados y domingos les leía novelas por entregas a los pescadores del Palo", recuerda.

Niño de la posguerra y de familia con pocos recursos, Pepe empieza a trabajar con unos 8 años y a partir de ahí tuvo varios oficios: vendedor de agua en la playa, barrendero en El Palo y Pedregalejo, peón de albañil, carpintero... "Todavía tengo una modesta paga contributiva de esos tiempos por trabajar más de 1.500 días laborables antes de 1968", destaca.

Con 15 años envía su retrato fotográfico (hecho por Durante) a la revista Picnic y gana un concurso de belleza y la posibilidad de hacer telenovelas en Madrid. "Pero mi padre me convenció de que era todavía muy joven". Así que cambia el rumbo por la escuela dramática de Guillermina Soto, en la que coincide con los locutores de Radio Juventud (María Teresa Campos, Julián Sesmero, Diego Gómez). Se convierte en el más joven del grupo y en ese mundo artístico empieza a conocer a los primeros pintores.

La vida le da un duro golpe con 18 años, cuando fallece su padre y se convierte en cabeza de familia. Pepe tiene que mantener a su madre y a sus hermanas pequeñas y comienza a trabajar con pintores gracias a sus dotes de carpintería. "Me reciclé en carpintero y le hacía los bastidores a Brinkmann, a Barbadillo, a los pintores de entonces", destaca.

Su vocación artística, precisamente, se manifiesta un día en el taller que compartían el artista malagueño Paco Moreno Ortega y el húngaro Eugenie Korini. "Un día que no había nadie en el estudio cogí pintura y pinté un cuadro, pero con la timidez y la vergüenza de quien no lo había hecho nunca, lo puse contra la pared".

Un buen día Moreno y Korini descubren la pintura ´anónima´ y muestran mucho interés en conocer al pintor desconocido. "Les dije que había sido un pintor joven que había dejado la pintura para enseñarla", recuerda sonriente Pepe Bornoy, que señala que siguió pintando y ocultando la autoría hasta que finalmente admitió que era él quien pintaba esos cuadros abstractos.

"Los dos hablaron con el director de la casa de la Cultura, Francisco Báguena y con Pepe Mercado, el secretario, quien me hizo la primera exposición en el año 65". Fue por entonces, recién dado a conocer en el mundo artístico, cuando José Manuel Cuenca Mendoza, sabedor de que ya había pintores en Málaga con sus dos apellidos, adopta el nombre artístico de Pepe Bornoy. "Era un homenaje a mi barrio", destaca. El ´bornoy´ es el nombre que los pescadores dan al corcho circular de la red.

A partir de esa exposición en Málaga consigue exponer en Madrid y seguirán cuatro años consecutivos en los que queda entre lo más alto de los premios anuales de Educación y Descanso (entre otros galardones, en 1968 consigue la medalla de oro en Barcelona y en el 69, la de oro y el primer premio en Alicante). El Nodo recoge estos logros e incluso consigue un espacio en Televisión Española durante dos años, ´El alma se serena´, cerrando la emisión, en la que se leía un poema mientras el malagueño pintaba un cuadro.

Pepe Bornoy, en 2005. Arciniega

Su pintura pasa por varias etapas: abstracción, los módulos geométricos de los 70, la pintura figurativa, la pintura digital... Pepe Bornoy no deja de investigar. De 1972 es una película rodada por Miguel Alcobendas titulada ´Bornoy sucesivamente´, premio del festival de cine experimental de Sitges. "En la película pusimos la playa del Peñón del Cuervo llena de caballetes y yo pintaba en todos al mismo tiempo". Una de las escenas proyectadas, muy onírica, preveía la imagen de Pepe Bornoy nadando desnudo en el mar. "Pero la Guardia Civil hizo acto de presencia. Menos mal que íbamos preparados y llevábamos una sábana con un agujero para la cabeza". La película pudo rodarse gracias a este improvisado poncho.

Entre las múltiples facetas de este impresor, pintor y escritor destaca también la de haber creado un hotel ´de autor´, el ´Hotel del Pintor´, inaugurado en calle Álamos, 27 en 2005. Pepe Bornoy se encargó de toda la decoración y eso mismo fue lo que propició que la Junta le aumentar la calificación de dos a tres estrellas.

Miembro de la Academia Internacional de Arte Moderno de Roma desde 1997 (fue nombrado en el mismo acto junto con Chillida), en 2002 ingresó en la Academia de Bellas Artes de San Telmo, encargándose de la concienzuda tarea de elaborar el anuario, un trabajo al que dedica varios meses al año.

El padre de Pepe Bornoy aventuró en una ocasión que su hijo llegaría lejos por su afán de aprender y por su creatividad. No se equivocó en lo más mínimo.