"Cada vez que viene un político por Monte Dorado siempre dice lo mismo, que tenemos muy buenas vistas", ironiza Luis García, de la asociación de vecinos de este barrio, encima de Mangas Verdes. Vistas tienen, pero poco más. Monte Dorado nace en los años 70 y en 1982, recuerda José María Lobera, de la asociación, fue él quién le puso el nombre a la zona. "Nos reunimos unos cuantos de la asociación, se me ocurrió el nombre y les gustó", explica.

Desde la época de la mascota ´Naranjito´ hasta la actualidad, los vecinos critican que poco ha mejorado en un barrio de autoconstrucción que sigue a la espera del Peri (plan especial de Urbanismo) que desbloquee tanto su crecimiento como las mejoras.

Aunque Miguel Campos, presidente de la asociación, se muestra extrañado de que en Monte Dorado no se le permita a los vecinos "ni conseguir terreno para la sede de la asociación de vecinos ni siquiera un camión de tierra para el campo de fútbol, que tiene un gran charco en medio y sin embargo, el Ayuntamiento sí puede construir un auditorio para verdiales", critica. Este último proyecto, del nuevo plan Zapatero y presentado por la asociación de vecinos de Mangas Verdes, fue expuesto la semana pasada en La Opinión.

José María Lobera critica a este respecto el que "dinero para el auditorio sí hay pero no para arreglar las calles, cuando en el programa electoral (del PP) venía el arreglo de las calles y no han hecho ni una".

El dirigente vecinal señala que si se han arreglado algunas calles estos últimos años ha sido por un convenio con la Diputación.

La escalera. Pero por ejemplo, la calle Distancia, que en teoría conduce al futuro auditorio, es en gran parte una pista de tierra, mientras un vecino señala que su tapa de alcantarilla "salta" cada vez que llueve. "Me sale toda la mierda por ahí", cuenta. Muy cerca se encuentra una ´escalera´, un par de peldaños que costaron nada menos que 2.800.000 pesetas y que unen esta calle con el arroyo de Aceiteros. Al otro lado del arroyo está Mangas Verdes.

En el mismo estado de pista terriza, con necesidad de ir en un 4x4 para subir por su accidentada cuesta, está la calle Fagot, con una casa cuya construcción lleva paralizada unos 12 años y que suele estar ocupada por jóvenes. "Le pedimos al Ayuntamiento que diga a la propietaria que la valle en condiciones", cuenta el presidente vecinal.

En otra calle terriza, la dedicada a la Flauta, en febrero se desprendió parte del cerro sobre el Camino de Colmenar, quedando cerrada la carretera unos días. "Hemos pedido a la delegación de Obras Públicas de la Junta el arreglo de esta zona", cuenta José María Lobero.

En circunstancias igual de terrizas y difíciles de transitar está la calle Clarinete.

Como añade Miguel Campos, Monte Dorado "es el barrio de los proyectos inconclusos". Uno de ellos, del que los vecinos pidieron ver el proyecto en 2009 sin éxito, el embovedado de 500 metros del arroyo de Aceiteros del que Cuenca Mediterránea iba a pagar el 75 por ciento y el Ayuntamiento el resto.

Perdido en el tiempo está el proyecto de unir la calle Actualidad con Pérez de Ayala, en Cortijillo Bazán, que evitaría a los vecinos un rodeo de 500 metros, y poco se sabe de otro plan de hace cinco años de conectar calle Pasión con la vecina Obispo Alonso de Santo Tomás.

"Aquí no hay ni un banco, ni un parquecito, no hay nada", se lamenta Luis García. "Los políticos vienen nada más que en elecciones y luego...", señalan los dirigente vecinales. Se adivina el resto del comentario.