Juan Antonio Marín, nuevo director de la prisión de Alhaurín de la Torre en sustitución de Antonio Guerrero, fue presentado ayer por el subdelegado del Gobierno en Málaga, Hilario López Luna, y arropado por las primeras autoridades judiciales y policiales de la provincia. Es un peso pesado de Instituciones Penitenciarias y eso se nota en los galones y en las atribuciones que asume: no sólo gestionará el día a día de Alhaurín de la Torre, sino que además será el encargado de coordinar la puesta en marcha de la segunda cárcel de la provincia, Archidona, ahora en construcción.

Lleva 37 años como funcionario y, entre otras, ha dirigido los centros de Madrid II o Segovia. Tras 25 años en la capital del país, en los que ha desempeñado cargos tan importantes como la coordinación del área de programas de seguridad –que ocupaba ahora–, decidió volver a Andalucía. Él es jiennense y de Málaga, dice, le gusta lo cerca que tiene el mar.

"Le dije a la secretaria general que quería venir aquí y ella aceptó. Hay una gran plantilla de profesionales, aunque no me gusta la arquitectura. Es un centro con 17 años y los que han venido después tienen una mejor planta", reflexionó. Tampoco le gusta, por ejemplo, cómo está la cocina del centro: su próximo reto será reformarla. No incidió más, pero habló de otros departamentos que necesitan una reforma. "Hay algunas cosas que habrá que potenciar, como el tema de tratamiento. Ofrezco mi colaboración a todas las administraciones", recalcó. Anunció "una oferta tremenda de programas".

Sobre Archidona, indicó lo siguiente: "El primer interesado en que se construya soy yo", un claro guiño a las demandas sindicales sobre la masificación que sufre Alhaurín. En dos años y medio, estará terminada la segunda cárcel. Indicó que no se marchará hasta su jubilación, en siete años.