La Audiencia Provincial de Málaga ha condenado a nueve años de prisión a un ciudadano inglés que efectuó cuatro disparos sobre un compatriota a la salida de un bar en Puerto Banús. Ocho de los años de privación de libertad le han sido impuestos por la tentativa de homicidio y uno por tenencia ilícita de armas.

Se da la circunstancia de que éste fue el tercer tiroteo registrado en poco más de un mes en Marbella (los otros dos tuvieron lugar en el Nikki Beach y en el bar Aloha Garden a finales del verano de 2008). En relación a este caso ya juzgado, el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, declaró que todo podría deberse a ajustes de cuentas entre bandas mafiosas, aunque finalmente la Sala no menciona nada al respecto en su sentencia.

Los hechos

"Sobre las 19.30 horas del 24 de septiembre de 2008, M. A. A. coincidió con M. E. H., al que conocía previamente al frecuentar el mismo gimnasio, en las cercanías del bar Solly´s, en Puerto Banús", explica la Sala en el apartado de hechos probados.

Según indican los magistrados, ambos habían discutido previamente y, por tanto, comenzó un fuerte forcejeo. "En el transcurso del mismo, M. A. A. arrebató a M. E. H. un arma semiautomática que disparó en repetidas ocasiones, primero en la pierna derecha, cayendo al suelo M. E. H., y posteriormente en el brazo derecho, la zona genital y la cabeza", afirma la Audiencia.

A consecuencia de los disparos, la víctima sufrió heridas múltiples por arma de fuego, el estallido del ojo derecho, una fractura en el fémur y otra de la placa ilíaca. También arrastra heridas de gravedad en el escroto.

Para sanar de estas secuelas, necesitó de varias semanas, recuperándose en el Hospital Costa del Sol. Perdió el ojo derecho, un "órgano principal", indican los magistrados.

Si no hubiera recibido el tratamiento médico, continúa la Sala, M. E. H. hubiera fallecido.

La pistola

El arma no ha sido hallada, si bien los cartuchos utilizados en el tiroteo son del calibre 7,62 por 25, correspondiente a la pistola Tokarev, que requiere de guía de pertenencia y de la correspondiente licencia, sin que el autor de los disparos posea ninguna de éstas.

Tras el suceso, el acusado huyó y, según explicó en el juicio, tiró la pistola a una papelera. El propio encausado, explica el tribunal, reconoció los hechos, por lo que las partes renunciaron a las testificales. La víctima ha sido representada en el proceso judicial por el conocido letrado marbellí Javier Muriel Navarrete.

La Sección Novena le impone además al acusado la prohibición de acercarse a menos de 500 metros del agredido durante ocho años. El primero deberá, además, hacer frente a las costas procesales. El británico que recibió los balazos ni siquiera acudió al juicio oral en la Audiencia.