Veinte días después de sus primeras repercusiones en la industria turística, la nube de ceniza procedente de Islandia, revitalizada en las últimas horas, ha vuelto a afectar a las comunicaciones con el Aeropuerto de Málaga, que se enfrentó ayer a unas consecuencias todavía más abruptas que durante el envite inicial del fenómeno. Los residuos del volcán no sólo incidieron en los enlaces programados en la terminal, sino que se situaron, en algunos momentos, en las cercanías del espacio aéreo de la provincia, lo que obligó a clausurar las instalaciones durante tres horas y media.

El balance apunta a la cancelación de más de un centenar vuelos, de los que alrededor de treinta se corresponden a operaciones previstas después de la clausura temporal del aeródromo y el resto a pasajes matutinos hacia ciudades donde ya se habían aplicado las restricciones. La cifra de pasajeros que no pudieron utilizar la infraestructura se eleva a 24.000, si se tiene en cuenta que el número medio de plazas ronda las doscientas.

A última hora de la tarde, alrededor de 3.000 personas permanecían en el recinto, donde las expresiones de incertidumbre y contrariedad evocaron la situación de hace tan solo dos semanas. Algunos de ellos fueron trasladados por tierra hacia terminales operativas como la de Alicante. Por su parte, las compañías volvieron a ofrecer a los usuarios la posibilidad de reembolsarles el dinero del pasaje o cambiar de fecha.

Histórico. Se trata de la primera vez que el Aeropuerto se ve compelido a suspender totalmente su actividad, circunstancia que no se produjo, ni siquiera, durante el atentado terrorista de 2001 o las inundaciones calamitosas de 1989. La clausura temporal de las instalaciones afectó asimismo a la comunicación por helicóptero con Ceuta, cuyo helipuerto también fue cerrado.

El tráfico aéreo, según informaron fuentes de la terminal, permaneció interrumpido entre las cinco y media de la tarde y las nueve de la noche. El caso de la capital malagueña no fue único en el país, donde se cerraron, en diferentes momentos de la jornada, las instalaciones de otras cuatro terminales: Sevilla, Jerez de la Frontera, Fuerteventura, Granada y La Palma.

Las cancelaciones se fueron reduciendo en función del desplazamiento de los restos de la nube, que fueron progresivamente arremolinándose en las proximidades de las Baleares.

Los últimos aeropuertos en recuperar la normalidad fueron los de Málaga, Granada-Jaén y Fuerteventura y Jerez, donde no pudo transitar ningún avión hasta bien avanzada la tarde. La incidencia del fenómeno fue especialmente acusada en Canarias y Andalucía, que redujo sus movimientos a Almería durante algo más de una hora.

Las secuelas del fenómeno se contabilizaron en la región en más de doscientas cancelaciones, cifra que en el cómputo global del país se eleva a más de un millar. Los pasajeros que no pudieron despegar serán realojados en los pasajes contratados para el próximo sábado, según detallaron diversas compañías.