Alfonso Mª Ruiz-Mateos Jiménez de Tejada es médico psiquiatra y catedrático de Psiquiatría-Neurología de la Universidad Lateranense-Alfonsiana de Roma. Atesora un variado y extenso currículum. Ayer visitó la capital para impartir su discurso de ingreso en la Sociedad Erasmiana de Málaga. Fue a las 20.00 horas en el Ateneo de Málaga donde pronunció esta conferencia bajo el título La soledad; raíz y epifenómeno de la angustia.

¿Por qué hablar de la soledad?

Este tema brota porque se me ocurrió hacer un estudio de cuál era la palabra que más repetía el enfermo neuropsicológico. No lo iba buscando. Desde la década del 75 y, de forma muy particular, a partir de los 80 la palabra más pronunciada en la consulta nuestra es soledad. Y traigo algunas de las manifestaciones de la soledad por parte de algunos pacientes, de una viveza y plasticidad impresionantes, como una madre que dice que tiene 14 hijos pero que está sola.

¿Qué es la soledad?

Nacemos solos y deambulamos solos y desde que tenemos este misterio de la conciencia reflexiva el hombre descubre que es un ser solo. Curiosamente, el niño nace en simbiosis con su madre y lo primero que se hace es ponerlo junto al corazón de ésta. Así, cuando nacemos dependemos de esa ternura de la madre, una palabra que curiosamente viene de útero. Pero, en los últimos 30-40 años el cambio en las costumbres en el hombre nuevo ha generado esa soledad.

¿Qué hacer ante esta soledad o para evitar caer en ella?

A más masificación mayor soledad. Nada más paradójico que ir en un metro en una gran urbe rodeado de gente por todos lados y no saber qué hacer con tu mirada, mientras que en el mundo del campo al cruzarte con un campesino el diálogo se produce casi de forma inmediata frente a esas casas elefantiásicas donde no se conoce a ningún vecino.

¿Cuáles son las repercusiones mentales?

El común denominador de la patología de la personalidad es una palabra que se acuñó para la esquizofrenia. Y se acuña como diagnóstico de la esquizofrenia. El enfermo utiliza como mecanismo de defensa el enclaustrarse en sí mismo, ésa es la base fundamental de la soledad patológica, cuyo paradigma sería la esquizofrenia. En la esquizofrenia se cierra toda comunicación con el entorno.

¿Cuál es la fórmula para luchar contra ello?

Tenemos que recuperar de nuevo la raíz, la ética, que no es otra cosa que el encuentro interpersonal en el descubrimiento de que el mayor valor no es el dinero ni nada que se le parezca, el mayor valor es el tú y, en tanto en cuanto me doy al tú, me realizo a mí mismo.

¿Está el mundo enfermo de soledad?

Es una soledad patológica. Hay una soledad buena, pero el hombre moderno es un hombre marcadamente solidario patológicamente hablando. La soledad es necesaria, pero la del místico, que es la menos solitaria de las soledades.