Hace cinco años, el desaparecido propietario de Nereo, Juan Antonio Sánchez-Guitard, sostenía en La Opinión de Málaga que los astilleros no impedían el paseo marítimo ni la remodelación de la zona. El mismo criterio mantienen su viuda, Carmen López, y su hijo, Alfonso Sánchez-Guitard, que en este tiempo han encontrado el respaldo de numerosas asociaciones en defensa del patrimonio marítimo y fluvial, así como de astilleros y museos marítimos de toda España.

Los astilleros Nereo nacen en 1966, cuando Juan Antonio Sánchez-Guitard compra la concesión administrativa de los anteriores astilleros, que le permiten hacer uso de las instalaciones hasta 2018, con el fin de poder construir yates en la naciente Costa del Sol.

Sin embargo, la historia de la carpintería de ribera en este rincón de la playa de Pedregalejo es bastante anterior. Así, el primer astillero del que hay documentación en la misma zona es de 1919, aunque de la actividad de reparación de barcos en este lugar hay testimonios gráficos a finales del XIX.

No es el primer roce que los astilleros actuales tienen con la administración, pues a finales de los 70 también se cuestionó su continuidad con la llegada del paseo marítimo de Pedregalejo. «Llegamos a un acuerdo con la Comandancia de Marina, las asociaciones de pescadores y la de vecinos, el paseo marítimo se hizo y esto se consolidó», explica Alfonso Sánchez-Guitard.

Patrimonio inmaterial

Se da la paradoja además de que en los últimos años, la Junta de Andalucía ha incluido dentro del llamado Patrimonio Inmaterial la carpintería de ribera que se realiza en los astilleros Nereo por su interés etnológico. Sólo un astillero de Coria del Río en Sevilla cuenta con este reconocimiento.

De hecho, ha sido esta faceta de preservación de la carpintería de ribera en la que los astilleros más se han volcado en los últimos años, mientras la construcción de yates se ha aparcado por la «inseguridad administrativa» en la que se encuentran, con pocas posibilidades para «usar y disfrutar» la concesión, como recordaba Juan Antonio Sánchez-Guitard.

La reparación de embarcaciones tradicionales como jábegas y chalanas están a la orden del día tanto como la actividad de voluntarios y las visitas de colegios. «Queremos que esto cada vez más sea como un centro de interpretación, lo que ha sido este sitio en relación con los barcos tradicionales durante más de 100 años», cuenta Alfonso Sánchez-Guitard.

En la misma línea, los astilleros se embarcaron en la construcción de una réplica del bergantín del general Bernardo de Gálvez, una actuación en la que han implicado a instituciones de España y Estados Unidos. «En la pasada Noche en Blanco se colocó la tercera cuaderna del barco», apunta Alfonso, que recuerda que a mediados de julio llegarán toneladas de roble de Virginia donadas por Estados Unidos para continuar la construcción del bergantín.

La continuidad de los astilleros de Pedregalejo cuenta, entre otros colectivos, con el apoyo del Museo Marítimo de Barcelona, el Museo del Mar de Galicia, la Confederación Ibérica de la Cultura y el Patrimonio Marítimo y Fluvial, así como del Comité Internacional para la Conservación del Patrimonio Industrial, entidad colaboradora de la Unesco que en una carta de apoyo resalta la necesidad de que continúe «uno de los pocos astilleros que quedan en Andalucía».

«Esto se debería de respetar, ha existido aquí desde muchísimos años y se podía enfocar a convertirse en una escuela», resalta Francisco Moreno, maestro serrador de Coín que colabora como voluntario con los astilleros.

A su lado está Luis Fernández, comandante de marina jubilado y responsable de la asociación de los Baños del Carmen, que piensa: «está bien la remodelación de los Baños del Carmen, pero los astilleros no tienen por qué desaparecer, me parece absurdo que para querer arreglar algo tengamos que tirar todo», apunta.

Y si la actitud de Costas de seguir adelante con el plan no tiene dudas, en el astilleros duele la indefinición del Consistorio. «El Ayuntamiento no nos ha propuesto nada, es más, lo que hay es un acoso y derribo de la actividad, porque los coches obstaculizan la entrada a diario, hay falta de limpieza y esto sólo se limpia cuando hay un acto del bergantín», cuenta Alfonso.

Puerto histórico

Los astilleros sí tienen propuestas que presentar y que además mantienen desde hace años. Como señala Alfonso Sánchez-Guitard, el plan de los Baños del Carmen contempla la construcción de un espigón de 70 metros, «que recuperaría en parte el antiguo puerto de San Telmo».

En este nuevo espacio, los Astilleros Nereo proponen construir un embarcadero, «que pagaríamos nosotros», para añadir al plan de los Baños del Carmen una zona de embarcaciones históricas. «Todos los barcos que han pasado por la historia de Málaga, naves fenicias, romanas, jábegas, sardinales...» comenta Alfonso Sánchez-Guitard, que cree que sería una buena oferta para Málaga.

Para Maria del Carmen López Valera, madre de Alfonso, esta idea de un verdadero «ecomuseo» sería perfecta. «Es lo que empezó mi marido y por eso estamos luchando, Pedregalejo y toda la zona ganarían».

«Si aquí hay una infraestructura creada, un oficio que está en auge en Europa y un sector en peligro, ¿por qué quieren que desaparezca?», se pregunta Alfonso.