Los promotores y constructores de la patronal ACP de Málaga pintaron ayer un panorama «muy poco halagüeño» para el sector en este año 2010 y el próximo 2011. El segmento inmobiliario de venta de viviendas sigue bajo mínimos, mientras que en el de obra pública, el recorte de inversión en infraestructuras de 6.000 millones de euros anunciado por el Gobierno a nivel nacional también perjudicará la actividad de forma «drástica». Se da por hecho que la provincia de Málaga cerrará este año por debajo de los 1.000 millones de euros de licitación pública (el primer trimestre sólo ha tenido 104), lo que rompería el importe que asegura la media habitual de 30.000 empleos directos ligados a esta actividad. De hecho, la ACP calcula que los recortes de inversión elevarán el paro del sector en Málaga entre un 20% y un 25%. Actualmente, hay 41.800 parados malagueños en la construcción (el doble que al comienzo de la crisis), y el tijeretazo equivaldría a mandar el desempleo a entre 8.000 y 10.000 personas más. «Dependerá también de las obras que se vean afectadas en Málaga», dijo el presidente de la ACP, José Prado.

Acompañado del presidente de la junta de promotores y del de contratistas, Miguel Rebollo y Emilio López, Prado pronosticó una «fortísima caída» en el empleo y la desaparición de un gran número de empresas del sector. La construcción y promoción, según Prado, aún tienen a unas 27.400 empresas dependientes en Málaga.

También mostraron su malestar con la morosidad que mantienen los ayuntamientos de la provincia con el sector, una deuda cuantificada en 150 millones de euros y que ha abocado, según explicaron, a que numerosas empresas faltas de liquidez tengan que acogerse al concurso de acreedores.

En cuando a la edificación residencial, Rebollo señaló que los datos de 2009 reflejan una «absoluta paralización» de la actividad promotora. En Málaga sólo se visaron 3.370 viviendas el pasado año, una cifra tan baja que hay que remontarse a 1960 para encontrar otra peor. Los años del boom inmobiliario entre 2002 y 2007 se saldaron con visados de entre 35.000 y 45.000 viviendas. Lo peor es que 2010, con apenas 950 visados, promete ser igual o peor. La demanda natural de la provincia está en torno a las 20.000 viviendas anuales pero, con la crisis, es casi inexistente. Prado resaltó la necesidad de transmitir confianza en la economía española e hizo mención al desparecido mercado de compra de vivienda por parte de extranjeros, sobre todo de Gran Bretaña y Alemania.

«El inversor está apalancado. Hay ganas de comprar, pero no decisión, y en eso influye mucho la confianza en un país. El dinero es miedoso y quiere garantías. ¿España es ahora mismo garante de inversión? Las comparaciones con Grecia nos están haciendo mucho daño», comentó.