La clásica imagen de una multitud agolpada a la entrada de una tienda, esperando para aprovechar la mejor ganga durante el primer día de rebajas, parece que ha quedado atrás. Acostumbrados a ver a ese gentío, ayer por la mañana sorprendió comprobar que había menos consumidores que en años anteriores en la calle, así como pocas colas para entrar a las tiendas malagueñas en el primer día de la campaña de verano, que finalizará el próximo 31 de agosto.

Los comercios utilizan la palabra estrella para justificar la situación: crisis. Los negocios siempre han confiado en esta época de saldos para cubrir y recuperar los gastos perdidos durante la temporada, pero, como viene ocurriendo desde hace varias temporadas, temen que esto no ocurra y provoque una bajada de beneficios. Aseguran que la gente vive con miedo y se contiene a la hora de gastar dinero, respaldándose en la situación económica que se vive actualmente. Pero, ¿qué hay de cierto en esto?

Algunos rezagados indicaban ayer que no habían marcado esa fecha en el calendario y que todavía no han comenzado a actualizar su vestidor con prendas estivales. Otros, mejor informados y más anticipados, comenzaron a reducir el dinero de su cuenta corriente hace una o dos semanas, debido a la política de algunos comercios de rebajar al 50% algunos de sus productos antes del fin de temporada.

Por otro lado, y dejando aparte a aquellos fieles seguidores de la moda y asiduos incondicionales de las rebajas, hay quien no está dispuesto a sacrificar su tiempo esperando enormes colas para comprar alguna prenda de ropa. Otros admiten que lo que no soportan es el bullicio, con los correspondientes empujones y pisotones de la gente, ni el desorden de ropa que hay en las tiendas, donde aseguran «no encontrar nada que merezca la pena». «La ropa que ponen en rebajas no vale la pena y al final siempre te acabas llevando algo de la nueva colección», aseguraban varios grupos de jóvenes.

Comprar con prudencia

El presidente de Facua-Málaga, Manuel Sánchez, lamentó la «situación de desgana» que viven los ciudadanos y la menor afluencia de gente en el primer día de rebajas. «Los ciudadanos de a pie no tenemos la culpa de la situación de los Estados, pero sí lo pagamos nosotros». Así, justificó que la gente decida «comprar con prudencia, como no pasaba antes, durante la época del consumismo».

Pero siempre hay excepciones. Aunque la Federación de Comercio de Málaga (Fecoma) estima que el gasto medio por cada ciudadano malagueño durante las rebajas de verano será de 95 euros, con una facturación global de 85 millones de euros, hay quienes amplían su margen de presupuesto. Entre 150 y 300 euros aseguran algunas compradoras que gastarán en los dos meses de descuentos que vienen por delante.

Los comerciantes malagueños auguran así que la facturación en la campaña de rebajas de verano aumentará entre un cuatro y un cinco por ciento con respecto a la registrada en el mismo periodo de 2009.

Además, como punto a favor, tanto vendedores como compradores destacan que la subida del IVA general que ha comenzado este 1 de julio no se aplicará en estas rebajas. Será en la próxima temporada cuando productos como la ropa, el calzado y los electrodomésticos pasen de un 16 a tener un 18%.

Y como ocurre en todo negocio, el fraude puede aparecer en cualquier momento. Por esto, Facua-Consumidores en Acción advierte a los ciudadanos de posibles actuaciones fraudulentas en las rebajas, como falsear los precios originales de los productos, aumentándolos para hacer creer que los descuentos aplicados son mayores que los reales, tal y como han comprobado en temporadas anteriores.

Periodo «excesivo»

Además, la asociación considera excesivo que este periodo se alargue hasta dos meses, ya que en el segundo mes de las rebajas numerosos establecimientos siguen anunciándolas pese a que ya tienen muy pocos productos rebajados, por lo que se recomienda a los consumidores que valoren si realmente necesitan los productos que se venden y que se tenga en cuenta tanto los precios actuales como el porcentaje de descuento que se aplica.