El modelo de crecimiento urbano aplicado a la ciudad durante los últimos años se ha convertido en una amenaza para la pervivencia de más de una treintena de especies de la flora y fauna malagueñas. De hecho, Málaga ocupa más espacio del que le corresponde por la población que tiene, con una densidad muy baja debido a un uso ineficiente del suelo.

El estudio realizado por el Observatorio del Medio Ambiente Urbano (OMAU), que ha desarrollado una serie de indicadores para medir la biodiversidad de la ciudad, muestra que «el aumento de la superficie urbana es muy superior al crecimiento demográfico». Esto se traslada a que en la ciudad hay una densidad de 80 habitantes por hectárea, lejos de la horquilla recomendada de entre 120 y 180 habitantes por hectárea. La principal conclusión que saca el informe es que hay «un consumo irracional e ineficiente del suelo», que ha llevado a la ciudad a perder recursos y suelo natural en favor de una excesiva urbanización.

Una de las principales consecuencias es que se han cercado espacios de desarrollo de especies autóctonas. Así, el sistema de indicadores del OMAU apunta a la existencia de 34 especies animales y vegetales que están en una situación muy vulnerable o en peligro de extinción.

El camaleón, el martín pescador, la tórtola europea, la paloma zurita, el alzacola, el cernícalo primilla o la boga de río son algunas de las 29 especies animales que tienen serias dificultades para mantenerse en el territorio. Las constantes agresiones a su hábitat, fuera de los espacios naturales protegidos, son la principal amenaza a la que se ven sometidos.

Por ejemplo, el análisis realizado por el OMAU señala que había un nido de halcón peregrino y otro de cernícalo primilla en pleno casco urbano en 2008, así como un nido del águila perdicera por el monte San Antón. En el caso de los murciélagos, se localizaron en 15 cuevas, la mayoría en el entorno de Olías, junto a La Araña y en la sierra de Churriana.

Flora

Hay cinco especies de plantas en peligro de desaparición por las constantes invasiones a sus entornos naturales, especialmente el Peñón del Cuervo, los Baños del Carmen y Los Álamos. En estos tres entornos sufren los ataques de la acción humana la siempreviva malagueña, el arto o espino calambrón, el lirio de mar y el aitón (helecho). Además, se incluye el almez, que está dentro del catálogo de especies amenazadas dentro del Parque Natural de los Montes de Málaga.

Una parte importante de estas agresiones provienen de especies de plantas invasivas con presencia en el municipio. El OMAU tiene contabilizados 11 tipos: uña de león, ricino, arundo, agave, chumbera brava, ailanto, eucalipto, tabaco moruno, plumero o rabo de gato, las acacias y el plumero.

El problema de estas especies es su presencia en zonas de gran valor ecológico por acoger plantas malagueñas, como son el Peñón del Cuervo, La Araña, el paseo de los Canadienses, Arraijanal y la desembocadura del Guadalhorce.