No habrá oferta conjunta de Unicaja y Cajasol. No irán de la mano a la subasta para hacerse con Cajasur, entidad intervenida en mayo por el Banco de España tras fracasar in extremis la negociación con la caja malagueña. Al final se ha impuesto el discurso de los técnicos frente al de los políticos y a las presiones de la Junta y del PSOE, que hasta el último momento han estado porfiando, con cierto aire intervencionista, para que tanto las direcciones como los consejos de administración resolvieran las diferencias y presentaran una oferta conjunta.

Hoy expira el plazo impuesto por el Banco de España para que los bancos interesados concurran a la puja y Unicaja lo hará en solitario, aunque deja la puerta abierta, igual que Cajasol, a la futura gran caja. No sólo ha sido decisión de la caja malagueña. Cajasol también considera que es más viable y factible la puja en solitario, según el comunicado emitido por la entidad. Las dificultades eran insalvables. Lo que no se había conseguido en cinco años, la fusión para lograr la anhelada gran caja andaluza, difícilmente iba a lograrse en una semana. Técnicamente había problemas tanto en el mecanismo a utilizar (el BEF), como, sobre todo, en las distintas ratios financieras.

En todo caso, Unicaja y Cajasol siguen siendo cajas bien avenidas. O al menos, ese es el mensaje que se ha querido trasladar en los comunicados que ambas emitieron anoche. De hecho, sus consejos de administración aprobaron ayer que sus ofertas serán vinculantes, es decir, en el caso de que una de las dos resultara adjudicataria, «ofrecería participación en el proyecto a la otra». En su comunicado, Unicaja informó así de que «la presentación de la oferta vinculante prevé la posibilidad de dejar abierta la incorporación de la otra caja para, en su caso, su participación en el desarrollo de un proyecto conjunto». El comunicado añadía que la entidad ya ha informado al Consejo de Administración del «inicio de los trabajos y estudios para analizar la viabilidad económica y financiera de un posible proyecto de integración con Cajasol, que permitiera unos mejores niveles de solvencia, rentabilidad y eficiencia de ambas entidades en beneficio de sus clientes y empleados, y una mejor contribución al desarrollo socio-económico» andaluz.

Unicaja, sin duda, que parte con ventaja en la subasta a la hora de presentarse en solitario, porque conoce de sobra a la caja cordobesa, a la que estuvo a punto de absorber en mayo, tiene gran parte del trabajo hecho, su oferta es beneficiosa para el Banco de España y es las más solvente, incluso más que junto a Cajasol.

Además, el presidente de Unicaja, Braulio Medel, saldría reforzado, sobre todo de cara al futuro y a una hipotética fusión con la sevillana, convirtiéndose en una figura imprescindible, también para la Junta y para Griñán, en la nueva hoja de ruta que habría que trazar hacia la gran caja andaluza.

Nuevo escenario

El presidente andaluz no ha ganado en el primer asalto, pero sus directrices tampoco han sido rechazadas de plano. Por eso, la Junta recibió ayer con satisfacción la «voluntad» de Unicaja y Cajasol de iniciar el proceso de integración tras acordar presentar sus ofertas en la puja por Cajasur «vinculando sus propias propuestas». Así lo aseguró, en declaraciones a Efe, el consejero de Economía e Innovación, Antonio Ávila, que apuntó que esta decisión responde al «reto» lanzado por el presidente de la Junta de Andalucía.

«El Gobierno valora positivamente la determinación de los consejos de administración de Unicaja y Cajasol, de Cajasol y de Unicaja, que se ha concretado en su voluntad de iniciar el proceso de integración de ambas entidades y de instrumentar una oferta conjunta sobre Cajasur vinculando sus propias propuestas», subrayó Ávila.

A juicio del titular de Economía, se trata de «un paso muy importante para el fortalecimiento del sistema financiero andaluz, lo que es una aspiración del conjunto de la sociedad andaluza y así ha sido interpretado por el presidente andaluz».