Un hombre de 43 años se ha sentado durante los dos últimos días en el banquillo de los acusados por agredir a su progenitor y apuñalarlo en varias partes del cuerpo con un cuchillo de cocina. El fiscal mantuvo ayer su petición de pena en once años de cárcel para el encausado, además de exigir que indemnice a su progenitor en la cantidad de 150.000 euros más los intereses legales.

Según consta en el escrito de calificación de la Fiscalía, al que tuvo acceso La Opinión de Málaga, F. J. S. G., de 43 años de edad, se hallaba, en la madrugada del 19 de septiembre de 2007, en su domicilio de Fuengirola junto a su padre. Así, «inició una discusión con él, en el transcurso de la cual le agredió con ánimo de menospreciar su integridad física, golpeándole fuertemente en la cabeza. Le atacó además en diversas partes de su cuerpo con un cuchillo de cocina de sierra», relata la acusación pública en el escrito que dirigió a la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Málaga, Sala que ha acogido la vista oral por estos hechos.

Como consecuencia de la supuesta agresión familiar, el padre sufrió un politraumatismo así como diversas fracturas craneales en las que hubo hundimiento de los huesos. Asimismo, los forenses relatan en su informe la existencia de diversas heridas inciso-contusas en distintas partes del cuerpo, aunque no detectaron ninguna que pusiera en grave riesgo vital a la víctima. También localizaron diversas fracturas.

El progenitor precisó de una primera asistencia médica de urgencia, además de requerir tratamientos médicos y quirúrgicos posteriores tales como la limpieza y la sutura de heridas, la extracción de fragmentos óseos y otras curas. Asimismo, durante su estancia hospitalaria sufrió varias complicaciones que necesitaron intervenciones en el quirófano tales como una traqueotomía o una limpieza de las heridas que tenía en la cabeza.

En total, el periodo de curación duró 200 días, 85 de ellos estuvo ingresado en el hospital, 65 los pasó en una institución sanitaria de Mijas Costa y otros 50 recibió atenciones en régimen extrahospitalario.

Las secuelas son casi tan importantes como las heridas relatadas: perdió gran cantidad de sustancia ósea en la cabeza, por lo que ésta ha de recibir, aún, una craneoplastia; sufre una disminución de la fuerza motora en la mitad del cuerpo; un trastorno depresivo y un hundimiento craneal en dos zonas, así como varias cicatrices, lo que le ha causado un perjuicio estético importante.

Los hechos han sido calificados como un supuesto delito de lesiones graves con deformidad del artículo 149 del Código Penal, por el que además solicita la Fiscalía que el encausado no pueda acercarse a la víctima, su padre, durante el tiempo que dure la condena. El fiscal considera que se da la agravante de parentesco.