El PSOE en el Ayuntamiento de Málaga optará finalmente por la abstención el próximo viernes cuando deba pronunciarse sobre el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU). Aunque oficialmente no quieren hacerla pública, la decisión ya está tomada y responde a la necesidad, por una parte, de no oponerse abiertamente a un documento que ha sido consensuado con la Junta de Andalucía, ni tampoco darle, por otra parte, un cheque en blanco al seguir conteniendo determinaciones que, a juicio del PSOE, «son inaceptables».

A la hora de hacer relación de los elementos más positivos del plan, el portavoz del grupo, Rafael Fuentes, señaló en primer lugar «el haber dotado de seguridad jurídica al futuro planeamiento urbanístico de la ciudad, garantizando los derechos y los deberes de todos los propietarios malagueños». También consideró positivo el acuerdo con la Junta de Andalucía para regularizar las viviendas de la sierra de Churriana o la eliminación del denominado puerto seco en la barriada de Santa Rosalía o la conservación del parque de Arraijanal, la eliminación de la construcción al norte de las rondas o la reserva de suelo para el macrohospital.

Por contra, en el «debe», Fuentes colocó la mayoría de los convenios urbanísticos firmados por el Ayuntamiento como los de Repsol, Málaga Wagen, Endesa, que «son inaceptables» por contemplar un «modelo de ciudad que sólo mira los intereses privados», que «suponen masificación y falta de espacios públicos y que sólo persiguen hacer caja».

Consideró además «insuficiente» para atender la demanda existente y futura de viviendas protegidas en Málaga, la cifra del 30 por ciento, «lo mínimo que exige la Ley y muy por debajo de los estudios realizados por instituciones tales como el Instituto de Estudios Sociales Avanzados (IESA)».

En el haber negativo situó también que «no se haga una apuesta por el tejido empresarial e industrial de la ciudad; que no se haga una apuesta de futuro de los polígonos industriales».

De manera especial, Fuentes explicó que su grupo se muestra especialmente crítico con la «insuficiencia» de zonas verdes y espacios libres que se contemplan en el PGOU para los próximos 20 años. No se llega a los 9,03 metros cuadrados por habitante, muy lejos de los 20 y 25 metros cuadrados, «que son las recomendaciones mínimas de la Unión Europea o de la Organización Mundial de la Salud (OMS)», espetó.

Otras fuentes socialistas apuntaron que la abstención es una posición que permite tomar cierta distancia con el voto positivo, pero permite un margen de maniobra en el caso de que tocase gobernar y, por tanto, aplicar el plan.

Críticas inexactas

Por su parte, el alcalde, Francisco de la Torre, respondió horas después a las críticas del grupo socialista y aseguró que sus declaraciones son «inexactas, inadecuadas e injustas», dicho «de una manera suave», precisó.

De la Torre señaló que el grupo socialista está «un poco atrapado con sus declaraciones anteriores» en relación con el Plan, al que consideró «equilibrado y bien pensado».

Defendió los convenios del plan que «defienden el interés general de la ciudad» y se preguntó que «si los convenios de Málaga son malos y los de Sevilla, gobernando el partido socialista, con 900 millones de convenios, son buenos».

«Me hubiera gustado más el plan que teníamos antes que el acordado con la Junta pero ha sido necesario para resolver el tema de Arraijanal», concluyó.