La provincia de Málaga podría convertirse en las próximas horas en el destino de algunos de los presos políticos excarcelados por el régimen de los hermanos Castro. Según informaron ayer fuentes de la Cruz Roja, una de las tres organizaciones humanitarias que se ocupan de los afectados, el asilo de cada una de las familias se determinará antes del viernes en función de tres parámetros: la disponibilidad de recursos del destino, las preferencias personales y la existencia de amigos o conocidos que puedan facilitar su adaptación a España.

En total, se trata de ochenta personas, que presumiblemente embarcarán para sus nuevas residencias durante el fin de semana. La mayoría está ya en Madrid, si bien el último vuelo está previsto que aterrice a lo largo de esta mañana. Málaga es una de las ciudades que ha aparecido en la agenda de las organizaciones, que se completan con la Asociación Comisión Católica Española de Migración (ACCEM) y la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR). Precisamente, este último colectivo dispone de instalaciones en la capital, aunque con un número de plazas ligeramente superior al medio centenar. La presidenta de la organización, María Jesús Arsuaga, confirmó el pasado martes que serán alrededor de veinticinco personas las que serán trasladadas a Málaga.

La Cruz Roja, que ha asumido la tutela de un tercio de los familiares, está pendiente de la llegada de las últimas familias a España. El respaldo de las organizaciones incluye la manutención y un servicio de orientación psicológica, que, en algunos casos, se presume necesaria por las vejaciones sufridas por los exiliados. Además, se intentará orientarles en la búsqueda de vivienda y trabajo. Algunos de los presos, no obstante, son reacios a aceptar el estatus de inmigrantes que les ha ofrecido el Ministerio de Asuntos Exteriores.

Además, se muestran renuentes a ser enviados a centros de acogida de la Cruz Roja en ciudades como Málaga, al preferir quedarse en Madrid o irse a Estados Unidos. En las reuniones, varios de los exiliados recordaron que la salida de Cuba ha sido la única vía para abandonar la reclusión.