El Partido Popular en la Diputación Provincial de Málaga pedirá en próximo pleno que se inicien por esta institución los estudios para fomentar la cultura emprendedora dentro del ámbito escolar.

Asimismo, en una moción, el grupo provincial del PP solicitará también que se inste a la Junta de Andalucía a que continúe «con mayor énfasis» en la implantación de esta cultura emprendedora.

Como indicó el diputado provincial del PP Manuel Navarro, la educación puede contribuir «enormemente» a la creación de una cultura emprendedora, y esto debe empezar «por los más jóvenes y en la escuela», ya que, según argumentó, «impulsando las actitudes y capacidades emprendedoras, se beneficia a la sociedad, incluso más allá de la aplicación de éstas a nuevas iniciativas empresariales».

Futuros empresarios

Navarro señaló que el espíritu emprendedor se debe considerar como «una actitud general que puede resultar útil en todas las actividades laborales y en la vida cotidiana», porque cualquiera puede necesitar, y «de hecho va a necesitar en algún momento de su vida, convertirse en empresario o adoptar un comportamiento empresarial».

Por tanto, dentro del marco establecido por las Cámaras de Comercio, entre los objetivos de la educación «tiene que estar siempre presente el fomento de las cualidades personales que constituyen la base del espíritu emprendedor», apuntó, al tiempo que indicó que las bases son «la creatividad, la iniciativa, la responsabilidad, la capacidad de afrontar riesgos y la independencia o autonomía en el trabajo».

Este tipo de actitudes se pueden fomentar en la enseñanza Primaria y tienen que superar la mera absorción de conocimientos, siendo un aprendizaje activo, ya que la educación presenta una perspectiva a largo plazo. Por ello, «el alumnado de Primaria y Secundaria compondrá mañana la ciudadanía activa y muchas de estas personas asumirán un liderazgo empresarial».

Según Navarro, «el espíritu emprendedor se debería introducir en los sistemas educativos desde el principio como un nuevo enfoque de la enseñanza y como competencia básica». De hecho, en algunos niveles educativos se puede considerar «un aspecto transversal y horizontal y un método de enseñanza, además de establecerse como una asignatura concreta», apuntó.

Por consiguiente, para avanzar en el empleo, la igualdad, el crecimiento, la competitividad y la innovación, resulta «indispensable fomentar el espíritu emprendedor en la juventud e, incluso, en la infancia», y a este respecto, «la educación puede y debe contribuir a la creación de una cultura más empresarial en nuestro país».

Para Navarro, «es cierto que cada vez hay más preocupación y actuaciones concretas que pretenden potenciar el espíritu empresarial en los centros educativos españoles», aunque el panorama «dista mucho de ser satisfactorio». «No hay ningún tipo de orientación hacia el emprender en los programas y dinámicas educativas», apostilló.