Para entrar en el chalé de José Luis Sánchez, en la urbanización Viña de la Sierra de Churriana, hay que hacerlo por la puerta automática, porque la principal tiene una grieta que la ha bloqueado.

Este es, explica, uno de los numerosos daños causados por las voladuras, iniciadas a primeros de 2008, para hacer el túnel de Churriana en la hiperronda, obra encargada por el Ministerio de Fomento a Ferrovial. «Vibraban las ventanas y hasta los pájaros se caían de los palos», explica. El estanque de su jardín, por cierto, pierde agua desde entonces y hay que estar con la manguera todo el día para que no mueran los peces.

Cuarenta y una casas más como la de José Luis, repartidas en tres urbanizaciones, dos en Churriana y una en Alhaurín presentan problemas parecidos. En la urbanización churrianera de El Albaricocal, por ejemplo, María Bares muestra una larga grieta que recorre la fachada y que le ha causado humedades en su dormitorio. También tiene rota la piscina, a la que se le saltaron las losetas, aunque hay vecinos que, directamente, este verano no pueden disfrutarla porque tiene grietas y pierde agua.

José Luis Sánchez explica que, 20 días después de iniciadas las voladuras, un responsable de Fomento y de la empresa encargada de las voladuras, «aunque la responsable es Ferrovial», precisa, se reunió con los vecinos para informarle «de que estuviéramos tranquilos, que iba a ser molesto pero que se iba a hacer con intensidad menor de la permitida por ley y si hubiera daño, lo iban a reparar».

Para José Luis Sánchez, ninguna de las dos condiciones se ha cumplido. Este vecino de Churriana está convencido de que las voladuras fueron de una enorme intensidad y después de que 42 viviendas detallara los daños por las voladuras, Ferrovial respondió hace unos meses que no se hacía responsable y de hecho, sólo ha reparado viviendas con daños graves o muy graves, pero no esas 42.

A este respecto, la asociación de vecinos de la zona recibió un consejo de un técnico involucrado en la obra: «Fomento limita vibraciones para evitar daños estructurales en los edificios pero los vuestros no son estructurales». Para José Luis, esta normativa demuestra que «sabiendo que va a haber daños a las viviendas, limita los daños sólo a las estructuras, sólo evita que no se caigan las casas».

José Luis Sánchez llama la atención sobre una respuesta de Ferrovial a un vecino, en la que ya no se limita a no responsabilizarse de los daños sino que señala que las voladuras se han hecho de acuerdo con Fomento. ¿Quién pagará los daños?