Los niños sordos presentan problemas en el terreno matemático que mejoran cuando se resuelve su dificultad de acceso a las habilidades lingüísticas y comunicativas con métodos como un sistema de apoyo con las manos a la lectura labial y la palabra hablada o las prótesis auditivas.

Así lo refleja un proyecto de investigación de la Universidad de Málaga, del que ha informado hoy la Junta de Andalucía en un comunicado, donde se asegura que las dificultades numéricas básicas "no son inherentes a la sordera sino un problema secundario" causado por falta de habilidades lingüísticas y comunicativas.

Si los niños sordos resuelven sus problemas de acceso a dichas habilidades de una manera efectiva, resolverán también sus dificultades con el procesamiento numérico "en la misma medida que lo hacen los oyentes", ha asegurado el coordinador de la investigación, José Miguel Rodríguez Santos, en el comunicado.

Según el también director del departamento de Psicología Básica de la Universidad de Málaga, los niños con deficiencias auditivas desarrollan estrategias alternativas a las habituales para conformar sus imágenes matemáticas mentales, por lo que resulta beneficiosa la enseñanza a través de la palabra complementada.

Este modelo, ha indicado el profesor, está importado de los Estados Unidos y se basa en un sistema de apoyo con las manos a la lectura labial y la palabra hablada, aunque "el método más beneficioso" es el de las prótesis auditivas.

Para Rodríguez Santos y su equipo de investigadores, estas prótesis "mejoran mucho las habilidades comunicativas y lingüísticas y, como consecuencia, el rendimiento numérico".

El trabajo "Procesamiento numérico en deficientes auditivos profundos" fue calificado en 2007 como proyecto de excelencia por la Consejería de Economía, Innovación y Ciencia de la Junta de Andalucía e incentivado con 38.000 euros, ha informado el comunicado.

En este estudio se han evaluado "por primera vez" a un grupo de niños con sordera profunda con edades comprendidas entre los 8 y los 12 años de centros escolares malagueños, canarios y madrileños, a quienes realizaron cuestionarios, pruebas de inteligencia general, de lectura, de competencia lingüística y de matemáticas.

Para ello, separaron a los niños en dos grupos de sujetos sordos nativos profundos dividido en oralistas y usuarios de la lengua de signos y otros dos grupos de control de sujetos oyentes escolarizados de similar edad cronológica y lectora.

Tras las pruebas, basadas en habilidades numéricas básicas como la estimación de la magnitud o la representación de la línea mental numérica, se ha constatado que "el rendimiento de los niños sordos depende mucho de su dominio del lenguaje y de su capacidad comunicativa".