Está demostrado que los niños con deficiencias auditivas presentan problemas en el terreno matemático y el cálculo aritmético, además de tener complicaciones constantes con la lectura. Hasta ahora se pensaba que éste era un aspecto inherente a la sordera, pero un equipo de investigación de la Universidad de Málaga, coordinado por el profesor José Miguel Rodríguez Santos, ha demostrado que las dificultades relacionadas con las habilidades numéricas básicas son un problema secundario provocado por las dificultades en sus habilidades lingüísticas y comunicativas.

«Los niños con problemas auditivos profundos, que no perciben ningún sonido por debajo de 90 decibelios, no tienen porque tener problemas con sus habilidades numéricas si cuentan con un buen sistema de adquisición del lenguaje», asegura Rodríguez Santos.

Por tanto, si los niños sordos resuelven sus problemas de acceso a estas habilidades de una manera efectiva, no presentan mayores dificultades que los niños oyentes e, incluso, se pueden ver mermadas las dificultades con la lectura.

Para los menores supone un efecto «muy positivo», ya que «tienen una escolarización casi normal, lo que se convierte en un logro, ya que normalmente, un alto porcentaje no tiene un nivel de lectura aceptable. Los adultos que son sordos nativos presentan niveles de lectura no superiores a los de los niños de ocho años», comenta el profesor.

Durante un mes, se han realizado diferentes pruebas de seguimiento en centros escolares de Málaga, Madrid y Canarias. Para ello, han contado con la colaboración de la Delegación de Educación de la Junta de Andalucía en Málaga, «que ha proporcionado los medios necesarios para acceder a los centros y tratar con los niños». Se ha evaluado a un grupo de niños con sordera profunda, con edades comprendidas entre los 8 y los 12 años, y a otro grupo de niños oyentes.

Mejoras en el rendimiento

El método más beneficioso para mejorar el rendimiento de estas habilidades en los niños sordos es a través de implantes cocleares. Es un aparato que sirve para recuperar la audición en los casos de sordera profunda y se coloca mediante cirugía clínica.

Según el estudio, estas prótesis auditivas mejoran mucho las habilidades comunicativas y lingüísticas y, como consecuencia, el rendimiento numérico. Pero «no está indicado para todos, porque el oido interno, más conocido como caracol, debe estar preservado y si esa parte está muerta no hay manera de introducir el electrodo dentro. Incluso hay una gran cantidad de personas sordas que deciden por si mismas no optar por el implante», asegura Rodríguez Santos.

También existen otras opciones, como el uso de la palabra complementa o el lenguaje de signos.