El Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Málaga, que este viernes aprobó provisionalmente el Ayuntamiento con los votos a favor del equipo de gobierno del PP, en contra de IU y del edil no adscrito, Antonio Serrano, y la abstención del PSOE, tal como adelantó este periódico, supondrá el gran estirón de Campanillas, un distrito con algo más de 17.000 empadronados actualmente, que verá casi triplicar su población en los próximos años, ya que el PGOU prevé el desarrollo de 9.200 nuevas viviendas.

Entre las que hay y las que vendrán Campanillas podrá casi triplicar su población actual y superar los 45.000 habitantes, convirtiéndose en la nueva zona de expansión y crecimiento de la capital.

Esta expansión fue presentada por el concejal de Urbanismo como un castigo «obligado», ya que se había previsto un «desarrollo sostenible» de Campanillas con la previsión de 3.000 viviendas, pero «nos hemos visto obligados a cargar de viviendas a este distrito para conseguir gratis los suelos de Arraijanal». Lo que viene a suponer que Campanillas pagará con un desarrollo excesivo y poco sostenible los suelos junto a Guadalmar.

En la defensa general del documento del PGOU, Manuel Díaz aseguró que «aunque no es el PGOU que nosotros hubiéramos querido, es el mejor PGOU posible». En todo caso, y pese a los cambios, aseguró que el plan actual «no presenta modificaciones sustanciales». Defendió su «crecimiento moderado», su «carácter social», al apostar por las viviendas protegidas; la «modernidad y el progreso» que representan los rascacielos que, además, «liberan espacios para zonas verdes y el ocio ciudadano.

La réplica más contundente y enfrentada la realizó el portavoz de IU, Pedro Moreno Brenes, que calificó el documento del PGOU como «un urbanismo a la carta, hecho a golpe de convenios urbanísticos y que responde a intereses privadosy no públicos».

De manera especial criticó que no es el PGOU del «derecho a la vivienda» pues se limita a aplicar la ley a la hora de prever las VPO, por lo que consideró un «ejemplo de responsabilidad decir que no».

Falsa modernidad

En las filas del PSOE, su portavoz, Rafael Fuentes, hizo juegos malabares para justificar su abstención. Enumeró los cambios positivos del documento como «Arraijanal, la nueva ciudad hospitalaria, la no construcción al norte de la ronda, la eliminación de la central de ciclo combinado, que no se urbanice la sierra de Churriana y que no se construya en zona inundable o que se solucione la situación de las casas de El Palo».

En el lado negativo de la balanza puso «que no han tenido en cuenta la participación, no se trabaja en la Málaga consolidada, no se apuesta por las viviendas protegidas, cumpliendo lo mínimo establecido por la ley, porque las torres no son modernidad, sino masificación, y porque este PGOU es la suma de convenios urbanísticos, que generan plusvalías para las deterioradas arcas municipales. Es un plan para hacer caja», dijo. La conclusión del grupo municipal socialista a todo ello fue que «hemos mejorado, pero no lo suficiente, y aunque desde el corazón nos hubiera gustado votar que no, porque no es nuestro modelo de plan, por responsabilidad nos abstenemos».

Todo lo importante del PGOU pasó en verano

El verano ha sido clave en la elaboración del nuevo PGOU en los seis años que lleva tramitándose. Todas las decisiones importantes que se han ido tomando en torno al nuevo plan han sucedido en los meses de julio y agosto. Se puede decir que es un PGOU con calor. Fue el 30 de julio de 2004 cuando el Ayuntamiento acordó poner en marcha la elaboración de un nuevo Plan General de Ordenación Urbana para la ciudad (PGOU).

Un año después, el 1 de julio de 2005, el equipo de gobierno aprobó el documento de avance del plan. Al año siguiente, fue el 26 de julio cuando el pleno decidió la aprobación inicial y lo sacó a exposición pública. Resuelto el periodo de alegaciones, el 14 de agosto de 2008 se llevó a cabo la primera aprobación provisional del plan. El 9 de julio de 2009, la segunda aprobación provisional al aprobar las correcciones y modificaciones realizadas.

El plan urbanístico se envía a la Junta y el 25 de julio de 2009 la Comisión de Ordenación del Territorio y Urbanismo de Andalucía (Cotua) lo devuelve al Ayuntamiento que ha debido adaptarlo a las exigencias de la Cotua. Por fin, ahora, y una vez adaptado, el PGOU vuelve a aprobarse en verano, el día de la Virgen del Carmen, a cuya advocación se encomienda quizá para que no naufrague.