El Ayuntamiento ha sido capaz de incluir en el proyecto del tramo del metro que discurrirá por el Centro un segundo túnel entre el río Guadalmedina y la plaza de la Marina por dónde podría circular el Cercanías en el futuro. Es el sueño del alcalde, en el que ha insistido una y mil veces sin que, en principio, nadie le hiciera caso. Finalmente, la Junta parece que ha atendido este deseo, que llegó a ser aprobado por el pleno municipal el pasado 25 de febrero. El plan de obras que ha presentado al Consistorio permitirá la implantación de este segundo nivel bajo la galería por la que irán las líneas 1 y 2 del metro.

La Junta matiza, sin embargo, que por este túnel podría pasar el Cercanías u otra línea del metro que se acometa en el futuro. El director de la oficina del Metro de Málaga, Enrique Salvo, explica que se trata de una previsión a largo plazo, «para que no sea necesario volver a levantar la Alameda, ya que se trata de una obra muy compleja». En todo caso, la polémica parece resuelta y el objetivo de alargar 350 metros el túnel para que el tren llegue hasta la plaza de la Marina.

El regidor, Francisco de la Torre, siempre ha argumentado que el coste de esta infraestructura es relativamente bajo: sólo 20 millones de euros. Toda una inversión de futuro para el Ayuntamiento, que asegura que el 38 por ciento de los viajeros que cogen el Cercanías van al Centro Histórico.

El proyecto que ayer presentó la Consejería de Obras Públicas al Ayuntamiento del tramo de metro que discurre por el Centro (desde el río hasta La Malagueta) contempla un importe de ejecución de 125 millones de euros (IVA incluido) y se llevará a cabo en un plazo de 38 meses, según se determina en el proyecto constructivo, redactado por la consultora Typsa. No obstante, los trabajos no comenzarán hasta que no concluyan los que ahora se realizan en el tramo entre Renfe y el Guadalmedina, y que, según las previsiones, no acabarán hasta mayo del año que viene.

El tramo es íntegramente subterráneo y su recorrido parte desde el puente de Tetuán para concluir en el Paseo de Reding, atravesando la Alameda Principal, la plaza de la Marina y el Parque, lo que supone una longitud total de 1.805 metros. A lo largo de este tramo habrá dos estaciones, ambas con andén central: La Marina, en la plaza del mismo nombre, y que estará a 15 metros de profundidad; y La Malagueta, ubicada a la altura de la plaza de toros, que tendrá una cota de once metros.

Finalmente, se ha optado por llevar el trazado por la calzada norte, entre otros motivos, por ser el recorrido con menor afección para los árboles, ya que permitirá una separación de unos 7 metros de los grandes ficus. También, este emplazamiento supone una menor afección en superficie y una menor complejidad técnica. Esto permitirá mantener el tráfico en el tronco central y sur, aunque será necesario trasladar las paradas de autobús.

Excavación más segura

El sistema que se va a utilizar para construir los túneles será con muros pantalla, descartada ya la tuneladora, como se planteó al principio, por la composición del subsuelo. Además, se utilizará un sistema especial para evitar daños en las raíces de los ficus de la Alameda. En concreto, además de emplear los habituales equipos de cuchara, se utilizarán hidrofresadoras e hidrofresadoras de pequeño gálibo que, según informaron ayer el Ayuntamiento y la Junta en un comunicado de prensa consensuado, «permitirán una mejor excavación en las zonas con terreno rocoso».

Las pantallas con mayor profundidad de todo el tramo serán las que se realicen en el paso bajo el río Guadalmedina, que tendrán una cota de en torno a los 18 metros. Salvo reconoce que quizás se trate del tramo más complejo, precisamente por esta circunstancia y por el transtorno de tráfico y el desvío de servicios, de ahí, precisamente, que el plan proyecte este segundo túnel en un nivel inferior, para salvar futuras contingencias.